El fantasma de la inflación vuelve a recorrer el mundo mientras alguien se lo lleva crudo |
Al reducir el nivel de vida y menguar la capacidad de consumo de los más desfavorecidos, muchos economistas tildan la inflación de «impuesto a los pobres». Ya, en este nuevo episodio inflacionista que lamentablemente vivimos, se ha sustraído a las familias españolas más de 9.000 millones que alguien se ha metido en el bolsillo.
Pero lo más desolador es que los economistas liberales sostienen que la inflación contribuye al bienestar de la economía porque, si existe demanda, los precios deben subir –oferta y demanda–. ¿Por qué?, ¿para acaparar más riqueza? Ya la obtendrán al vender más; no necesitan subir precios porque entrarán en un círculo vicioso en el que los sindicatos exigirán incrementos salariales para no perder poder adquisitivo y los empresarios acusarán a estos de ser irresponsables porque la subida de sueldo les obligará a subir precios. En este enredo muchos espabilados aprovechan para hacer su agosto, contribuyendo a disparar la inflación y a mermar el poder adquisitivo de los ciudadanos. De este modo sibilino, el dinero pasa de las familias a manos de pocos.
Si no hubiera inflación, se eludirían muchos problemas, como la subida de pensiones o salarios. Por eso, para evitar retrocesos en el nivel de vida, cada vez son más los economistas que sostienen que la inflación perjudica mucho más de lo que beneficia.
Pero lo más desolador es que los economistas liberales sostienen que la inflación contribuye al bienestar de la economía porque, si existe demanda, los precios deben subir –oferta y demanda–. ¿Por qué?, ¿para acaparar más riqueza? Ya la obtendrán al vender más; no necesitan subir precios porque entrarán en un círculo vicioso en el que los sindicatos exigirán incrementos salariales para no perder poder adquisitivo y los empresarios acusarán a estos de ser irresponsables porque la subida de sueldo les obligará a subir precios. En este enredo muchos espabilados aprovechan para hacer su agosto, contribuyendo a disparar la inflación y a mermar el poder adquisitivo de los ciudadanos. De este modo sibilino, el dinero pasa de las familias a manos de pocos.
Si no hubiera inflación, se eludirían muchos problemas, como la subida de pensiones o salarios. Por eso, para evitar retrocesos en el nivel de vida, cada vez son más los economistas que sostienen que la inflación perjudica mucho más de lo que beneficia.
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