miércoles, 11 de diciembre de 2019

Aplastar la disidencia

El ansia del PP por lograr el poder le lleva a machacar a las minorías
El ansia del PP por lograr el poder le lleva a machacar a las minorías
El PP detesta la pluralidad porque odia negociar y negociar es ceder. En su codicia exige un pacto de Estado a PSOE y Cs que reforme la Ley Electoral y «prime con más diputados al ganador para evitar bloqueos».
En mi caso, deseo un Parlamento que refleje la pluralidad de lo que el pueblo vota en libertad, sin que nada mangonee los resultados para instaurar mayorías absolutas que nadie ha votado. Cuando un Gobierno lo forman dos o más partidos con diferentes sensibilidades, hay que pactar para lograr reformas cabales e ineludibles –trabajo, educación, pensiones, sanidad…– que, al tener mayor apoyo social, tendrán más efectividad y vigencia. Además, someter las cuentas a un control plural, dificulta que enraíce la corrupción.
En España, las mayorías absolutas han sido lesivas por apartarse de la realidad de la calle. Los agobiantes rodillos de uno y otro signo, se cubrieron las espaldas para recortar derechos sociales y laborales. Sin mayorías, la comisión de estos atropellos se dificulta.

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