Europa: un laberinto de difícil resolución |
En el viejo continente, años y años de austeras políticas insolidarias, dictadas a nuestros indecisos gobernantes por los lobbies económicos, han malogrado décadas de conquistas sociales e incrementado la desigualdad. Por ello, los nacionalismos, la xenofobia, el auge de la ultraderecha y el egoísmo de quienes blindan fronteras, amenazan el futuro de una Europa unida, fraternal y dialogante y desvanece la posibilidad de un espacio común de paz, derechos humanos, solidaridad, libertad, democracia, bienestar, justicia social y desarrollo económico.
En el horizonte emergen muchos retos, como son la economía, la desigualdad, los refugiados, el futuro común, el cambio climático o el auge de la ultraderecha. En un mundo convulso, Europa el día 26 se juega mucho al votar la calidad de la democracia; y con resolución los políticos que salgan de las urnas han de virar el rumbo para decir basta a las directrices económicas que imponen lobbies y multinacionales en detrimento de la ciudadanía y caminar hacia un futuro de bienestar y progreso solidario que cierre la boca a todos los euroescépticos y populistas insolidarios. Si la meta no es una Europa social y no egoísta, la UE desaparecerá.
En el horizonte emergen muchos retos, como son la economía, la desigualdad, los refugiados, el futuro común, el cambio climático o el auge de la ultraderecha. En un mundo convulso, Europa el día 26 se juega mucho al votar la calidad de la democracia; y con resolución los políticos que salgan de las urnas han de virar el rumbo para decir basta a las directrices económicas que imponen lobbies y multinacionales en detrimento de la ciudadanía y caminar hacia un futuro de bienestar y progreso solidario que cierre la boca a todos los euroescépticos y populistas insolidarios. Si la meta no es una Europa social y no egoísta, la UE desaparecerá.
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