miércoles, 5 de agosto de 2015

Análisis, breve, de las crisis económicas (con poco rigor científico pero mucho sentido común)

El dinero se crea, se fabrica, pero no se destruye, por tanto, cada vez hay más dinero en el mundo. Lo que hace el dinero constantemente es imitar a la Ley de Conservación de la Energía, y no destruirse, sino transformarse, es decir cambiar de manos. En tiempos de crisis este proceso se acelera y además pasa en mayor medida de las manos de la gente corriente, a las manos de los más ricos. Por si no fuese suficiente (el capitalismo es así de voraz) y para ayudar a un veloz trasvase, los poderosos te menten la mano en el bolsillo a todas horas. Sí, los poderosos y a todas horas. Desde el Gobierno, que sube el impuesto más injusto que existe (el IVA, que afecta por igual a pobres y a ricos) o modifica leyes para facilitar el despido de los trabajadores y la bajada de salarios, a las grandes empresas que nos suministran recursos básicos subiendo sus tarifas, y todo esto mientras las grandes fortunas se dedican a comprar las propiedades de los desahuciados a precios irrisorios... Además, y si, durante este hábil proceso de cambiar de manos el dinero, fuese necesario levantar cualquier gran compañía que hubiese caído en el transcurso de esta práctica (daños colaterales), se haría sin problemas con el dinero de todos y, una vez que volviesen a obtener ganancias, se los repartirían sus accionistas. Lo de siempre: socializar pérdidas y privatizar beneficios. Así, de este modo tan taimado, al cabo del tiempo y tras haberlas pasado canutas el pueblo llano, el milagro económico está servido: los ricos son más ricos, la clase media ha mermado considerablemente y el número de pobres ha aumentado y son mucho más pobres.
Si no me creen, tan sólo tienen que navegar por Internet y buscar los indicadores económicos que delatan la enorme estafa: caen las ventas de coches utilitarios pero se disparan escandalosamente las ventas de los coches de alta gama, bajan los sueldos de los trabajadores pero se incrementan indecentemente los sueldos de directivos y consejeros, la clase media está desapareciendo, la brecha social entre pobres y ricos aumenta, el número de multimillonarios en España se duplica desde el inicio de la crisis en 2007, una realidad visible de ejércitos de parados pueblan nuestras plazas y calles a la espera de ser contratados por una miseria, etc. Y, por favor, cuando naveguen por la red, fíjense en las fechas de las noticias, no vayan a pensar que son de ahora que, según dicen, divisamos la salida del túnel. Verán perplejos que son de hace unos años, al poco de iniciarse esta crisis. Por cierto, la tan cacareada salida del túnel que se deja vislumbrar nos trae un paisaje desolador, totalmente distinto que nada tiene que ver con el que dejamos atrás: se ha cambiado el modelo de sociedad y el Estado de Bienestar agoniza. De cualquier modo, esa hipotética recuperación servirá para inflar una nueva burbuja y, dentro de unos años, cuando la gente corriente se haya recuperado, reventarla de nuevo para así repetir el ciclo económico y que el vil metal vuelva a cambiar de manos.
Crisis o gran estafa
Simplemente cambio de manos

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