Descerebrados usando la bandera para confrontar |
Si escrutamos la historia de la humanidad, ratificaremos que las banderas –simples telas de colores– se han usado como emblema para diferenciarse, señalar, agredir y matar al contrario en lugar de ser símbolo de conciliación y encuentro entre pueblos. Y además en España, la derecha cainita la usa de modo indecentemente partidista, para dividir a la nación y atacar al rival político, que consideran enemigo. Pero lo único que tienen en común quienes alardean y exhiben este “símbolo patrio” en cinturones, muñequeras, tirantes, solapas, mítines y balcones es amar los paraísos fiscales y ser «muy españoles y mucho españoles» creyéndose con derecho a repartir carnets de buenos y malos patriotas; algo coherente en un PP que guarda equidistancia entre la dictadura fascista y la democracia, según nos demuestra con su apoyo a la Ley de ¿concordia? de Vox y su simpatía con el neofascista ultraliberal Milei.
Como el sentido común es poco y la testosterona mucha, para no generar repudio a este símbolo de representación, debería prohibirse su exhibición en actos de partido porque termina por asociarse a ideologías en las que no creemos, provocando el rechazo.