Mercaderes y trujamanes se frotan las manos pensando en la energía nuclear |
Llaman a las puertas del nuevo Europarlamento, las nefastas consecuencias de haberse escorado a la derecha. Son las políticas austeras –que empobrecerán a muchos y enriquecerán a los pocos de siempre– y, por ser la derecha ambigua y la ultraderecha negacionista en materia de emergencia climática en contra de las evidencias científicas, las políticas verdes mortalmente recortadas que nos arrojarán a las fauces del abismo climático. Y así, el veto a fabricar motores de combustión a partir de 2030 irá a la UCI mientras las medidas medioambientales del campo, para hacer frente a la emergencia climática y proteger los recursos naturales y la biodiversidad, decaerán.
Ahora trujamanes y mercaderes se frotan de nuevo las manos negociando la resurrección de la energía nuclear, de residuos letales durante milenios y muchísimo más cara –según el banco de inversiones Lazard, 167 dólares por MWh, frente a los 60 del ciclo combinado de gas, los 38 de la eólica y los 36 de la solar fotovoltaica–.