Feijóo se ha convertido en un Casado cualquiera |
A la derecha, la creadora de la perversa “policía patriótica”, no le basta con apropiarse de himno y bandera. También lleva tiempo tratando de abrir una oficina que reparta carnets de patriotas: si piensas como yo, eres patriota; si no, no. Pero tampoco le llega con eso. Ahora da un paso más y pretende inmiscuirse en las demás formaciones políticas para decidir quién es, o no es, un buen militante.
Hace pocos días Bendodo, coordinador general del Partido Popular, acusó a Sánchez de «ser un mal español y un mal socialista». Sí, señor, ¡ese es un argumento, tan bien razonado, que es irrebatible!
Después de tan brillante arrebato de sinceridad política, en el que muestran que en su patriotismo no cabemos todos, me surgen dos dudas: ¿Qué harán con los “malos españoles”, los que cuestionamos su modelo de país de recorte de libertades y trinchera de poderosos? ¿Enterrarnos de nuevo en las cunetas?
Definitivamente, entre Casado y Feijóo no existe ninguna diferencia. Al principio dije que eran lo mismo y variaban en la forma. Ya, ni en eso.