La ambición de Ayuso por dirigir el PP nacional es enorme |
Isabel Díaz Ayuso ansía ser el centro de atención. Pero, ante su incapacidad de mantener un debate medianamente intelectual, polemiza con agresividad para imposibilitar cualquier razonamiento. Y, para robar votos a Vox, usa sus mismas tácticas reaccionarias: insulta a la izquierda para deshumanizarla y se apunta a la batalla cultural que rompe consensos de valores y certezas ampliamente establecidos desde 1948, cuando en París se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos. De este modo, ofende y llama «malcriadas y borrachas» a las mujeres que aspiran a volver solas a casa de noche sin verse amenazadas, ensucia continuamente la palabra «libertad», habla de bajar impuestos –sobre todo a ricos–, se victimiza denunciando al Gobierno central por no tener dinero… Pero es aún peor los que ríen y premian con su voto esta terrible forma de hacer política.
Aunque su proyecto no seduzca fuera de Madrid, esta máster en trumpismo ambiciona liderar el PP. Si Feijóo no la ata corto, lo devorará.