Díaz Ayuso, provocadora y bocachancla en toda regla |
Este retorcido ardid solo puede deberse a dos cosas, cada cual peor: o desconoce del todo nuestra Constitución, o la utiliza sin reparos poniendo a la monarquía en el punto de mira para lograr sus fines políticos.
Felipe VI, como no puede ser de otra manera, solo puede hacer lo que mandata la Constitución: cualquier acto oficial del Rey, como tantos otros –incluido los indultos que ha firmado–, es obligado y está exento de responsabilidad; y, precisamente por ser irresponsable en el desempeño de sus funciones, es inviolable.
Casado, sin otro plan para Cataluña que incendiar los ánimos, ha fraCasado en Colón y Ayuso, crecida, comienza a moverle el sillón.