La derecha siempre quiere frenar el progreso |
Demasiadas zancadillas, que una vez aprobada la ley olvidarán para servirse de ella como hicieron con el divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual. ¡Fariseos!
La derecha siempre quiere frenar el progreso |
El hedor es tan nauseabundo que en Génova se platean la mudanza. Y no porque el tufo les incomode, sino porque les desagrada que los hayan pillado. |
El patriotismo es un sentimiento falso |
Entre unas cosas y otras el PP es un partido anticonstitucional, como ya sabemos por su negativa en 1978 a la Constitución |
Aunque muchas veces Gabriel tiene razón en lo que dice, a veces patina |
Sostiene Gabriel Rufián que «no es que Ciudadanos sea incompatible con Esquerra, es que es incompatible con la izquierda».
Bueno… aunque en realidad lo que importa es qué se pacta y no con quién, la segunda parte de la frase, cogida a bote pronto, es razonable. Lo que chirria es que sale de labios del portavoz de un partido que se dice de izquierdas y que, además de ser contrario al internacionalismo socialista, rasgo identificador del movimiento progresista, forma parte en Cataluña de un Gobierno de coalición con JxCat, que es de derechas como Ciudadanos; o incluso más, como el PP. Baste recordar mayo de 2011, con las protestas masivas y el asedio al Parlament para reprobar la corrupción y los brutales recortes en sanidad y educación que ponía en marcha el Govern de la Generalitat de Artur Mas.
A pesar de que la política, como bien dijo el propio Gabriel, consista en cabalgar contradicciones, hay algunos argumentos que chirrían.
Prudencia, Gabriel.
La irresponsabilidad individual y colectiva, unida a la inacción de la mayoría de la policía, tanto municipal como nacional, están logrando que la pandemia campe a sus anchas |
Pablo Casado es puro paripé |
El líder del PP, sin saber lo que van a proponerle, exige al Presidente romper su Gobierno como condición sine que non para pactar los Presupuestos. No entiende que las necesidades urgentes de España son incompatibles con los Presupuestos de Rajoy.
Además, con esta coacción, Casado elude que «los Vicepresidentes y Ministros serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno», tal como estipula la Constitución –a la que sus predecesores en 1978 otorgaron un sonoro no y de la que ahora es paladín–. Es decir, que solo Sánchez tiene la potestad para nombrar, cesar y dirigir libremente, sin presiones. ¿Queda claro?
Inquieta que en estos momentos Casado siga sin arrimar el hombro ni asumir el resultado de las urnas que votaron los españoles y pretenda cambiarlos por la vía anticonstitucional.
Que nadie se engañe, el PP sigue siendo el PP: no hay giro al centro, sólo impostura.
Por cierto, no se habla solo de Madrid cuando la coyuntura pandémica preocupa, y preocupa mucho. En su momento, se alertó de la situación en Aragón, Cataluña…