La irresponsabilidad individual y colectiva, unida a la inacción de la mayoría de la policía, tanto municipal como nacional, están logrando que la pandemia campe a sus anchas |
Así nos luce el pelo en Madrid... y en España.
La irresponsabilidad individual y colectiva, unida a la inacción de la mayoría de la policía, tanto municipal como nacional, están logrando que la pandemia campe a sus anchas |
Pablo Casado es puro paripé |
El líder del PP, sin saber lo que van a proponerle, exige al Presidente romper su Gobierno como condición sine que non para pactar los Presupuestos. No entiende que las necesidades urgentes de España son incompatibles con los Presupuestos de Rajoy.
Además, con esta coacción, Casado elude que «los Vicepresidentes y Ministros serán nombrados y separados por el Rey, a propuesta del Presidente del Gobierno», tal como estipula la Constitución –a la que sus predecesores en 1978 otorgaron un sonoro no y de la que ahora es paladín–. Es decir, que solo Sánchez tiene la potestad para nombrar, cesar y dirigir libremente, sin presiones. ¿Queda claro?
Inquieta que en estos momentos Casado siga sin arrimar el hombro ni asumir el resultado de las urnas que votaron los españoles y pretenda cambiarlos por la vía anticonstitucional.
Que nadie se engañe, el PP sigue siendo el PP: no hay giro al centro, sólo impostura.
Por cierto, no se habla solo de Madrid cuando la coyuntura pandémica preocupa, y preocupa mucho. En su momento, se alertó de la situación en Aragón, Cataluña…
Mi fiel compañera Berta |
La hipocresía de algunos que aplaudirán, me hastía |
Según parece, los niños no son personas o lo son de otra calidad |
El negocio de la educación privada a costa de la pública |
A mediados de los 80, muchas localidades carecían de plazas libres en escuelas públicas. El Estado, para cubrir la enseñanza obligatoria que no podía asumir, reguló y racionalizó las subvenciones económicas que, desde tiempos de la dictadura y sin control, recibían los colegios privados, en su mayoría propiedad de la iglesia católica. Hoy en día, covid-19 aparte, tras la construcción de numerosas escuelas estatales, no existe dicha necesidad.
Por eso no es cierto que el Gobierno esté tratando de ahogar la enseñanza concertada, es que la concertada, además de un negocio privado que resta fondos públicos, ya no tiene sentido. Asimismo, mientras la escuela pública transmite el modelo de país que persigue el Estado, la concertada promulga ideales religiosos o de otro tipo que, aunque legítimos, no deben subsidiarse.
Así, si los más de 6.000 millones anuales que cuesta la enseñanza concertada, en lugar de ir a bolsillos privados, se destinaran a la pública, tendríamos una escuela de mayor calidad. Y, en tiempos de pandemia, daría para contratar decenas de miles de profesores y bedeles y comprar centenares de millares de pupitres individuales que podrían llenar edificios públicos (polideportivos, teatros) que los municipios brindaran para convertirlos en aulas temporales donde dar clases presenciales con pocos alumnos para mantener la requerida distancia social mientras persista la maldita plaga.