Con nuestras comodidades desmedidas nos cargaremos la vida en el planeta |
Con inquietud veo calles y carreteras atestadas de contaminantes vehículos que calzan su sucia y ponzoñosa boina mortal sobre las ciudades. Observo terrazas de cafeterías con estufas de gas emitiendo ingentes cantidades de CO2 mientras caldean a fumadores que polucionan el aire con su veneno y la tierra y el agua con sus colillas. Descubro cubos de basura llenos de comida que tiramos. Seguimos comiendo carne a espuertas, cuya alocada producción también daña el clima. Cada día en el cielo diviso más estelas de aviones. Contemplo las tiendas repletas de gente comprando ropa u objetos innecesarios como como si no hubiese un mañana y que al poco terminan en cajones o vertederos. En todo tiempo, coches que no circulan nos intoxican con el motor en marcha para que sus cómodos ocupantes, con calefacción o aire acondicionado, estén a temperatura constante todo el año…
La enésima Cumbre del Clima pasó y el egoísmo hedonista acelera la hecatombe.
¿Quedan escrúpulos? ¿Pensamos en nuestros pequeños?
La enésima Cumbre del Clima pasó y el egoísmo hedonista acelera la hecatombe.
¿Quedan escrúpulos? ¿Pensamos en nuestros pequeños?