El peligro de Vox

Partido Popular y Ciudadanos pactan sin prejuicios con la ultraderecha

Vox pregona su peligrosa ideología retrógrada-xenofóbica-fascista gracias a que aquí, al contrario que en Europa, ha encontrado compañeros de viaje que blanquean y dan voz a sus mentiras y manipulaciones: Partido Popular y Ciudadanos pactan con ellos sin escrúpulos. Al no hacer un cordón sanitario en su derredor, Vox tiene la oportunidad de gobernar sin tener mayoría absoluta. Lo del PP, aunque detestable, es comprensible porque Vox ha salido de su seno y son afines; lo de Cs, que se autoproclama liberal europeísta, es para nota. Y por ello, en Comunidades como Andalucía y Madrid, aunque es minoría, ya impone sus ideas: teléfono de violencia intrafamiliar, fomento de la caza en las escuelas, subvenciones al mundo taurino, perseguir extranjeros en situación irregular, pin parental, ilegalización de partidos separatistas…
Se sabía lo que son y se les ha dado alas. El fascismo ya está aquí y, si se cede, no vale escandalizarse. Es ineludible un cordón sanitario como en Francia con Le Pen.

Sánchez mira a su derecha

¿Volverá a caer el PSOE por flirtear con la derecha?

Sánchez se olvida del socialismo y cada vez que el PSOE lo hizo, acabó mal: en 1982 obtuvo 202 diputados y emprendió una reconversión industrial y una reforma laboral que le condujo a obtener 184 escaños en 1986. La farsa de la OTAN, la reforma de pensiones, las privatizaciones de empresas públicas, el GAL y las puertas giratorias, le hizo bajar a 175 diputados en 1989. La corrupción y la Ley Corcuera le llevó a 159 en 1993. Abrir la puerta a la temporalidad le hizo perder el Gobierno en 1996 con 141 escaños. En el año 2000, solo obtuvo 125. En 2004, la falacia conspiranoica del PP le aupó al Gobierno con 164 y en esa legislatura Zapatero brilló, escalando en 2008 a 169; entonces reformó el mercado laboral y modificó el artículo 135 de la Constitución con el PP, y se hundió en 2011 a 110. En 2015, con nuevos partidos, sacó 90 escaños. En 2016, tras pactar con Ciudadanos cayó a 85. El 28-A, la irrupción de una amenaza como Vox, activó a la izquierda y le aupó a los 123. Ahora, al olvidarse de nuevo del socialismo, caerá. Tiempo al tiempo.

10-N: nos jugamos mucho

La abstención aúpa la derecha al poder, que afila colmillos para continuar demoliendo el Estado de bienestar, bajando impuestos a ricos y privatizando sanidad, educación y pensiones. Su proyecto de futuro para unos pocos privilegiados, será el infierno de muchos.
Unos datos: cuando en Comunidades gobernadas por la derecha, de cada 100 aulas abiertas, 23 son públicas y 77 concertadas –colegios privados subvencionados con nuestro dinero–, se vacían las arcas del Estado; cuando una plaza de hospital concertado cuesta hasta seis veces más que una pública, se está desviando a los ricos el dinero de todos; cuando se dice que contratemos planes de pensiones –a saber si se cobrarán porque podrían devaluarse o quebrar–, se está privatizando.
Lo dijo José Luis Sampedro: «Hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres». Juzguen ustedes y voten: dinero de todos para todos o para unos pocos. Público o privado.

Engatusamientos electorales

Pablo Casado es el Dr. Jekyll y Mr. Hyde de las campaña electorales

El rostro barbado de la moderación es el que pacta con naturalidad en varias comunidades autónomas con los que acusan a las 13 rosas «de violar, torturar y asesinar», y el mismo que en las elecciones de abril usó la crispación feroz, el discurso excluyente, las mentiras gruesas y la absoluta falta de respeto con graves injurias al Presidente de todos. Ahora, al no haberle funcionado, se muerde la lengua y vuelve a la estrategia de la moderación. Pero esta estratagema –por cierto diseñada por el soberbio Aznar, rey de las privatizaciones– es mero barniz electoral. Pablo Casado es un lobo con piel de cordero, es el mismo que opina que Madrid Central «crea más contaminación porque los automovilistas que no pueden entrar al centro se dedican a dar vueltas», y el líder de aquellos que incendian la política acusando de que se van a quemar iglesias.
Si un partido actúa, razona y tiene un programa que parece de extrema derecha, es que es de extrema derecha. Es su naturaleza. No se deje camelar.

Emergencia climática: el planeta merece tu voto

El 10-N vote por el futuro del planeta

La inacción de los Gobiernos en el mundo, actuando a favor del lucro económico de los ricos, ha traído el desastre climático por no perseguir a los que envenenan el aire que respiramos, el agua que bebemos o la tierra que nos alimenta. Este consentimiento es causante de la muerte de millones de seres humanos y de la extinción masiva de cientos de miles de especies animales y vegetales. También generará un sinfín de conflictos armados debido a los desplazados climáticos que huirán de sequías y hambrunas traspasando fronteras. ¡Cuánto sufrimiento que debería haberse evitado!
Aunque el tiempo expiró –la ONU ya alertó de un futuro incierto para toda la flora y fauna que habitamos este planeta–, estamos a las puertas de acudir a las urnas y, por responsabilidad con nuestros descendientes, deberíamos estudiar los programas electorales para votar a quién posea mayor conciencia ecológica y borrar definitivamente del mapa electoral a circunspectos, tibios y negacionistas del cambio climático.

Partido fullero

El PP, único partido condenado por corrupción

El Partido Popular, único partido condenado por corrupción, que siempre ha querido alcanzar el poder a toda costa y lo tiene más difícil para ir dopado con millones de euros extra a las elecciones, no sabe qué inventar para robar la voz del pueblo cuando habla en las urnas. Ahora utiliza la suplantación y la manipulación para provocar el rechazo en los votantes del resto de formaciones políticas, con especial esmero en el electorado de izquierda que es el que más fácilmente se ofusca. Fabricando mentiras en las redes sociales que subvenciona con montañas de euros, busca que el posible votante rival se quede en casa asqueado por la información manipulada que le hace llegar. La Junta Electoral debe proceder con diligencia a investigar estos hechos y castigar con contundencia a quien con estas artes de tahúr cree estar por encima del bien y del mal.

¿A qué llaman estabilidad?

Llaman estabilidad a que todo siga igual: la plutocracia

¿Qué nos quieren decir cuando desde púlpitos electorales llaman a la estabilidad? ¿Que todo siga igual? ¿Que no haya “peligro” de cambios? ¿Que no se anulen las nefastas reformas laborales? ¿Que no se reviertan los recortes en sanidad y educación? ¿Que no se mejoren las pensiones y que continúen perdiendo poder adquisitivo? ¿Que no se reforme el mercado eléctrico y que no pare de subir la factura energética? ¿Que los ricos y las grandes empresas continúen pagando porcentualmente menos que la inmensa mayoría de contribuyentes? ¿Que se siga acrecentando la dolorosa e inaceptable brecha de la desigualdad? ¿Que no haya fondos para la Memoria Histórica ni la Dependencia? ¿Que no coticen los robots que envían trabajadores al paro? ¿Que no se recupere el rescate a la banca? ¿Que no…?
¡Que no! ¡Basta ya! El progreso es cambio y avance, y es hora de evolucionar dejando de proteger la plutocracia para volver a avanzar en derechos sociales y libertades y poder reconquistar el Estado de bienestar.