La sombra de Donald Trump se cierne sobre la ONU |
En 1945 se creó la ONU para impulsar, desde el respeto, la amistad y la paz entre naciones mediante el fomento de los derechos humanos. En sus 72 años de vida, y a pesar de los muchos defectos que han aflorado, las Naciones Unidas ha demostrado ser un organismo internacional capaz de mediar entre sus Estados miembros para afrontar grandes desafíos. Sus carencias –la lenta y excesiva burocracia, un Consejo de Seguridad muy politizado por los intereses creados y a veces desoído, la descoordinación entre sus órganos, etc.– son superables con voluntad. Y como aún no la ha habido, ahora llega Donald Trump para reformarla. Así que aquel que nunca creyó en ella, la atacó vehementemente por incompetente y, hace poco en su primer discurso ante la asamblea, en lugar de apaciguar prometió una lluvia de radiactividad y fuego, hará, me temo, una renovación a su gusto que la enfangará.
La transformación de la ONU es más que necesaria; pero que el encargado sea Trump, da pavor. Ya veremos.
La transformación de la ONU es más que necesaria; pero que el encargado sea Trump, da pavor. Ya veremos.