El milagro económico de Aznar, una patraña |
Dicen que Aznar fue el milagro económico que salvó a España.
Analicemos: Aznar, siguiendo la senda iniciada por su predecesor, Felipe González, fue el Presidente que más privatizó. Vendió, a precio de ganga, nuestro patrimonio para disminuir el nivel de deuda pública de aquella etapa y cumplir el requisito europeo de reducir el déficit fiscal por debajo del 3% del PIB. Ingresó por este concepto unos 30.000 millones de euros, más de 41.000 millones actuales. Hoy, estas empresas tienen beneficios anuales de 12.000 millones de euros. Repito: una ganga.
En sus ocho años de Gobierno, España recibió mucho dinero de los fondos europeos equivalente al 1% del PIB. Gerhard Schröder relacionó el crecimiento de la economía española con las ayudas recibidas. Además, nuestra economía se disparó empujada por factores externos, como la reducción de precios de materias primas a nivel global. También tuvo la suerte de que la producción anual mundial, en términos de PIB, creció a un ritmo superior al 3% casi todos los años de ambas legislaturas.
En 1998 aprobó la “Ley de Liberalización del Suelo” logrando que se empezara a construir y comprar viviendas caras alocadamente, con la esperanza de que su precio continuase subiendo. Con ello Aznar consiguió un espectacular aumento de ingresos mientras se inflaba la burbuja inmobiliaria, generando una actividad recalificadora con la que los ayuntamientos colmaron sus arcas y, algunos alcaldes, sus cuentas corrientes particulares. El parque inmobiliario crecía a ritmo del 5% anual. Los enormes beneficios de las constructoras, las inmobiliarias y la Banca, supusieron un aumento de la recaudación de 1,3 puntos del PIB. Más tarde, esas hipotecas otorgadas a todo el mundo por valor superior a la vivienda, quebraron varias Cajas que fueron rescatadas con dinero público.
Con estos datos se desmonta una leyenda muy extendida: no hubo ningún milagro en la etapa de Aznar. La situación que confluyó en la creación del euro, la bonanza económica mundial, la venta del patrimonio de todos y la burbuja inmobiliaria son, menos mal, irrepetibles. Con aquellos mimbres el más idiota hace canastos... aunque luego lleve al estallido de la burbuja con todas sus dramáticas consecuencias.
Analicemos: Aznar, siguiendo la senda iniciada por su predecesor, Felipe González, fue el Presidente que más privatizó. Vendió, a precio de ganga, nuestro patrimonio para disminuir el nivel de deuda pública de aquella etapa y cumplir el requisito europeo de reducir el déficit fiscal por debajo del 3% del PIB. Ingresó por este concepto unos 30.000 millones de euros, más de 41.000 millones actuales. Hoy, estas empresas tienen beneficios anuales de 12.000 millones de euros. Repito: una ganga.
En sus ocho años de Gobierno, España recibió mucho dinero de los fondos europeos equivalente al 1% del PIB. Gerhard Schröder relacionó el crecimiento de la economía española con las ayudas recibidas. Además, nuestra economía se disparó empujada por factores externos, como la reducción de precios de materias primas a nivel global. También tuvo la suerte de que la producción anual mundial, en términos de PIB, creció a un ritmo superior al 3% casi todos los años de ambas legislaturas.
En 1998 aprobó la “Ley de Liberalización del Suelo” logrando que se empezara a construir y comprar viviendas caras alocadamente, con la esperanza de que su precio continuase subiendo. Con ello Aznar consiguió un espectacular aumento de ingresos mientras se inflaba la burbuja inmobiliaria, generando una actividad recalificadora con la que los ayuntamientos colmaron sus arcas y, algunos alcaldes, sus cuentas corrientes particulares. El parque inmobiliario crecía a ritmo del 5% anual. Los enormes beneficios de las constructoras, las inmobiliarias y la Banca, supusieron un aumento de la recaudación de 1,3 puntos del PIB. Más tarde, esas hipotecas otorgadas a todo el mundo por valor superior a la vivienda, quebraron varias Cajas que fueron rescatadas con dinero público.
Con estos datos se desmonta una leyenda muy extendida: no hubo ningún milagro en la etapa de Aznar. La situación que confluyó en la creación del euro, la bonanza económica mundial, la venta del patrimonio de todos y la burbuja inmobiliaria son, menos mal, irrepetibles. Con aquellos mimbres el más idiota hace canastos... aunque luego lleve al estallido de la burbuja con todas sus dramáticas consecuencias.