viernes, 19 de agosto de 2016

Día Mundial de la Asistencia Humanitaria

Día Mundial de la Asistencia Humanitaria
Día Mundial de la Asistencia Humanitaria
En un mundo plagado de conflictos, hoy, Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, es obligado recordar a aquellos que, dondequiera que sobrevenga el desastre, aportan su tiempo, esfuerzo, constancia y cariño, ejerciendo la solidaridad y la cooperación con imparcialidad, mientras socorren y alivian el sufrimiento de los más vulnerables: marginados, refugiados, minorías étnicas… en suma, los damnificados sin voz de la egoísta sociedad actual que, en su mayoría, prefiere mirar para otro lado.
A todos ellos, voluntarios anónimos imprescindibles, mi más sincero reconocimiento.
 
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, contó con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

jueves, 18 de agosto de 2016

Rajoy toma el pelo a Ciudadanos y a la ciudadanía

Mariano Rajoy toma el pelo a todo el mundo
Mariano Rajoy toma el pelo a todo el mundo
Al salir del Comité Ejecutivo del PP, el presidente en funciones, superándose a sí mismo y habiendo perdido una semana en la que ha estado de vacaciones, hace una envolvente sin asumir sus responsabilidades y responde en lengua mariana a la fijación de fecha y hora y a las seis innegociables condiciones de Ciudadanos que ni sí ni no, ni blanco ni negro, sino todo lo contrario. De esta singular manera, Rajoy nos comunica la inaceptable prolongación de la situación de bloqueo institucional que padece España: tres semanas después de su designación por parte del Jefe del Estado, los españoles continuamos ignorando si finalmente se dignará a cumplir con su deber constitucional o en qué momento lo haría. Así, la incertidumbre y la preocupación se apoderan de una ciudadanía atónita ante su posible espantada.
Pero ¡atención! Su ninguneo al Rey, que lo ha nombrado candidato, y su indiferencia al Parlamento, al que debería acudir para exponer su programa político, le sitúan al borde del sistema a punto de convertirse en un digno hooligan de la política.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, contó con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

lunes, 15 de agosto de 2016

Mariano, el antisistema

Rajoy se ha convertido en un antisistema
Rajoy se ha convertido en un antisistema
Jamás España había padecido una situación de parálisis institucional similar: con pasmosa calma, casi tres semanas después de la designación por parte del Jefe del Estado del candidato a la presidencia, los españoles ni siquiera sabemos si finalmente Rajoy se dignará a cumplir con su deber constitucional ni en qué momento.
Mientras la incertidumbre y la preocupación se apoderan de una ciudadanía atónita ante su posible espantada, el ninguneo al Rey y el desprecio al Parlamento, sitúan al presidente en funciones flirteando con los confines del sistema a punto de convertirse en un auténtico antisistema e insumiso de la Constitución.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, contó con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

sábado, 13 de agosto de 2016

La prebenda del señor ministro

El injusto paro de Soria
El injusto paro de Soria
Recientemente se hizo público que el ex ministro José Manuel Soria cobra 4.644 euros mensuales de paro, a lo que tiene perfecto derecho. Él, sí. El resto de españoles, no. Si cualquier trabajador deja "voluntariamente" su trabajo, como hizo Soria, no tendrá derecho a prestación. Ésta sólo se percibe si la pérdida de empleo se produce por razones no imputables al trabajador. Y, precisamente, la falta de equidad entre ciudadanos que han cumplido paritariamente con sus obligaciones legales, es lo censurable: O todos, o ninguno.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

viernes, 29 de julio de 2016

¿Cómo que ya veremos, Mariano?

Constitución española
Es preocupante que el Presidente del Gobierno en funciones y la presidenta de las Cortes no conozcan la Constitución, ¿o tal vez son antisistema? Incuestionablemente, en su artículo 99.2, proclama que una vez que el Rey propone un candidato a la Presidencia del Gobierno éste tendrá que exponer su programa político ante el Congreso para solicitar la confianza de la Cámara. O sea que, una vez que uno acepta, no hay nada “que pensar” ni soslayar la “anticipación de acontecimientos” sobre su posible declinación de la investidura. Los futuros acontecimientos están ahí, esperando a la vuelta de la esquina. Una vez más crean incertidumbre y desasosiego en la ciudadanía. Una vez más desprecian a las instituciones. Una vez más ningunean al Jefe del Estado. Así que, don Mariano, a ponerse las pilas y punto.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

miércoles, 27 de julio de 2016

El Ministro de Justicia y la destrucción de pruebas

Cree el Ministro de Justicia en funciones, señor Catalá, que la destrucción de los discos duros de Bárcenas, es decir, la destrucción de pruebas después de que la policía registrara la sede nacional de su partido y que su dueño estuviera en la cárcel, no tendrá transcendencia penal. Se ampara en la normalidad cuando un empleado se va. Vamos, como hace cualquier empresa o cualquiera de nosotros cuando en nuestro disco no hay nada que ocultar: lo formateamos 35 veces, lo rayamos, lo molemos a martillazos y lo tiramos a la basura. Por cierto, una vez más, el PP en lugar de dejar que avance la Justicia y defenderse ante los tribunales, lo que anuncia es que recurrirá el auto.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

Toros

Una España cubierta de sangre por el maltrato animal
Una España cubierta de sangre por el maltrato animal
Durante la celebración de las fiestas patronales, las agostadas tierras de España se visten con el ropaje color sangre de la muerte. Año tras año, en nuestras poblaciones, miles de novillos y toros acaban siendo inmolados para diversión de algunos. Hay costumbres fuera de tiempo y el suplicio de los astados lo es. Hábitos de un pasado remoto que hoy no deberían tener cabida. En 2005, Reino Unido prohibió la caza del zorro, toda una ancestral y cruel institución de la aristocracia. Si en nuestro país algún partido también tuviera el coraje de prohibir la tauromaquia, contribuiría a forjar una sociedad más justa… y los españoles, en poco tiempo, no podríamos creer que algún día se permitió el cruel martirio de un animal para negocio y pasatiempo de unos pocos.
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!