martes, 12 de julio de 2016

¿Y ahora qué?

Las mentiras del PP
¡Ay, Mariano! ¡Vaya manera de ganar las elecciones!
Concluidas las elecciones, la Fiscalía de la Audiencia Nacional rechaza investigar a Podemos, por sexta vez, y al no hallar ningún indicio que pueda ser usado como prueba, por supuesta financiación ilegal de Irán y Venezuela, delitos fiscales e incluso blanqueo por parte de la formación y sus dirigentes. Bien, ¿y ahora qué? ¿Quién resarce el daño causado? Ya es inviable pero, al menos, los mismos medios de comunicación que ahora callan y que abrieron noticiarios o portadas con los supuestos delitos, deberían disculparse y anunciar, con aperturas y primeras páginas también, el archivo por parte del juez de la falsa denuncia elaborada, casualmente, por una unidad policial secreta concebida por el Gobierno del PP y totalmente afín a él.

¡Ay, Mariano! ¡Vaya manera de ganar las elecciones!

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El pasado día 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

lunes, 11 de julio de 2016

Día Mundial de la Población

La superpoblación mundial, un grave problema
La superpoblación mundial, un grave problema
En el día Mundial de la Población menospreciamos el mañana, la tierra que heredarán nuestros nietos. Entre otros fines, esta celebración pretende resolver amenazas tan firmes como la contaminación medioambiental o la escasez de recursos naturales.
La población, el motor que impulsa la economía consumista, para beneficio de unos cuantos, continúa aumentando a un ritmo tan endiablado que hace peligrar los limitados recursos naturales. En el año 1000 de nuestra era se estima que habitaban esta pequeña y delicada roca peregrina del espacio 310 millones de personas. En 1800 se triplicó la población con 970 millones. En 1900 casi se redobló con 1.650 millones de individuos. En 1965 se duplicó la cifra pasando a 3.335 millones de habitantes. En este año, 2016, hemos vuelto a doblarla con holgura al contabilizar más 7.400 millones de seres humanos. Según estimaciones de la ONU, la población mundial en 2100 rozará los 11.000 millones de personas. El medio ambiente es incapaz de aguantarlo todo y no cabe duda de que semejante descontrol demográfico dificulta un desarrollo sostenible y con ello la sutil viabilidad de nuestro frágil planeta.


¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando

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El pasado día 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

viernes, 8 de julio de 2016

La guerra que cambió el mundo

El patético trío de las Azores: Blair, Bush y Aznar
El patético trío de las Azores: Blair, Bush y Aznar
Es imposible entender el inseguro mundo actual sin la guerra de Irak. Una guerra que desestabilizó Oriente Medio y fue el germen del terrorista Estado Islámico. El informe Chilcot recoge que Blair y Aznar mintieron a sus ciudadanos fingiendo que hacían todo lo posible por evitar la guerra. Así Aznar, para “sacarnos del rincón de la Historia”, aparcando la diplomacia y sabiendo que la guerra no era el último recurso, se arrimó a Bush. Nos metió en una guerra, elaborada con pruebas falsas y sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, de trágicas consecuencias. La patética foto de las Azores, en la que aparece el aciago trío, Bush, Blair y Aznar, provocó cientos de miles de muertes de inocentes y un mundo dramáticamente más inestable. Además el petróleo pasó de los 20 dólares el barril en los prolegómenos a los 144 en 2008, llenando el bolsillo de unos pocos, siendo uno de los aceleradores de la actual crisis económica. Y no olvidemos que Bush tiene importantes nexos con empresas petroleras. Los que sospechábamos que era una guerra injusta por intereses económicos teníamos razón: no existían armas de destrucción masiva. ¿No merecemos los españoles una reflexión pública de Aznar?

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado día 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

miércoles, 6 de julio de 2016

Y, mientras tanto, Rajoy como siempre

Rajoy espera fumando y leyendo El Marca
Rajoy espera fumando y leyendo el Marca
Mariano Rajoy espera, como siempre, fumando un puro y leyendo el Marca. Su filosofía de espera que madure que ya caerá, le ha dado, incomprensiblemente, magníficos resultados. Por eso, ahora, espera. Espera a que el Comité Federal del PSOE, que se reúne este sábado, le haga el trabajo. Espera, sin hacer nada más, a que se deje entrever que, en última instancia, facilitarán su investidura por el bien de España. Espera que, sin tener que negociar nada, le aúpen a La Moncloa. Está claro que el dialogo no es su fuerte. Y si al final es proclamado Presidente, por esta carencia de dialogo, la legislatura se vaticina corta.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado día 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

martes, 5 de julio de 2016

El inesperado éxito del PP

El Brexit ha tenido poco que ver. La clave del inopinado resultado obtenido por el PP no se debe al ingenio de sus estrategas, sino más bien al fracaso de los que diseñaron las campañas de sus rivales. Por un lado, la táctica de todos contra Podemos (malos, comunistas, chavistas) logró meter el miedo en el cuerpo a los votantes. Y por otro, el propio Podemos que en lugar de anunciar en los mítines que el “sorpasso” no sería al PSOE sino, según encuestas internas, al mismísimo PP, debería haber movilizado a su electorado declarando que sus sondeos particulares les daban terceros, y no segundos como decían las encuestas de los demás. Al final se votó por miedo al que más miedo debería dar, convalidando la corrupción.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

lunes, 4 de julio de 2016

Ley de Protección de Animales de Compañía (LPAC)

ONG Mis amigas las palomas
Mis amigas las palomas
Provocar sufrimiento a un ser capaz de sentir igual que los humanos, es de una crueldad imperdonable. Lentamente, en la sociedad española se va construyendo un compromiso ético hacia el mundo animal. En este sentido el próximo día 14, en la Asamblea de Madrid, se aprobará, si al final Ciudadanos es capaz de resistir la presión del PP, la LPAC, coaligado con los votos del PSOE y Podemos. Durante su trámite, los populares han bloqueado y obstruido las enmiendas presentadas por el resto de grupos. No es una ley definitiva, porque aún no contempla acabar con todo el maltrato animal, sino un paso más en la consecución de este objetivo moral que, sin duda, algún día se alcanzará.
Con tu ayuda, el maltrato animal tiene los días contados
Con tu ayuda, el maltrato animal tiene los días contados

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.

Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!

sábado, 2 de julio de 2016

La absoluta soledad del PP

Corrupción y malas formas destacan en el PP
Corrupción y malas formas destacan en el PP
Si el PP no cosecha apoyos suficientes para gobernar es por la corrupción y las malas formas, donde ostenta insuperables currículos. En política quien se granjea enemistades cosecha soledades. Exceptuando la primera legislatura de Aznar, que presidió en minoría apoyado por nacionalistas canarios, catalanes y vascos (a los que cedió muchas competencias para ganarse su amistad), no ha sabido hacer política más que desde la imposición y la altivez, sin escuchar al contrario. Y cuando ha estado en la oposición, ha actuado con absoluta deslealtad. Nadie quiere coaligarse con el que permanece bajo la inquietante sombra de la sospecha. El PP debe aplicarse y expulsar a los corruptos al tiempo que pone todo su ahínco en aprender a dialogar.

¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!

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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, cuenta con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.
¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!