viernes, 15 de marzo de 2019

Beneficios desorbitados (Día Mundial de los Derechos del Consumidor)

El animus capiendi capitalista nos convierte en víctimas de una estafa
El animus capiendi capitalista nos convierte en víctimas de una estafa
Con motivo del Día Mundial de los Derechos del Consumidor (hoy 15 de marzo), deberíamos reflexionar sobre algo que, al menos a mí como cliente, me resulta escandalosamente llamativo: Cuando compramos un producto o servicio, no queremos pagar de más; pero a juzgar por las crónicas económicas no es así. Las compañías alardean de inmorales beneficios de miles de millones de euros y se pavonean entre sí por ver cuál logra el récord. A tenor de estas rentabilidades astronómicas, se infiere que han cobrado más de lo razonable en su afán de apoderarse como sea del dinero ajeno.
Uno es libre de comprar o no; aunque en demasiadas ocasiones no hay opción: electricidad, gas, tanatorio, transporte o agua, son servicios de primera necesidad. Antes eran públicos y garantizaban un precio justo. Tras privatizarse, el desbocado ansia de lucro impuso una vertical escalada de precios que nos convirtió en víctimas de un gran fraude especulador forzándonos a desembolsar más de lo éticamente justo.

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