miércoles, 2 de enero de 2019

Barricadas, un delito ecológico

Corte en la N-340 por los CDR
Corte en la N-340 por los CDR
Tenemos derecho a discrepar y dar visibilidad a nuestras reivindicaciones; de no ser así, la sociedad poco habría evolucionado. A lo que no tenemos derecho es a envenenar el aire que respiramos.
Cuando se prende fuego a contenedores, madera, coches y neumáticos que liberan dioxinas y furanos –persistentes contaminantes altamente carcinógenos–, me percato que los manifestantes, además de carecer de conciencia medioambiental, no tienen la mínima empatía ni con la Tierra ni con sus habitantes. Me sorprende que entre ellos nadie se percate del atentado ecológico y contenga a sus compañeros para no ser responsables de ahogos, asma, insuficiencias cardiacas, enfermedades bronquiales, dermatológicas u oculares, y, a largo plazo, riesgo de cáncer, además de favorecer el aumento del efecto invernadero.
Por favor, cuando nos manifestemos, mucho respeto y sentido común.

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