miércoles, 21 de mayo de 2025

Manifestaciones del odio

 

Ultraderecha (PP) y derecha extrema (Vox): unidos por el odio
Ultraderecha (PP) y derecha extrema (Vox): unidos por el odio

Desde que Pedro Sánchez asumió la presidencia en 2018, la ultraderecha y la derecha extrema iniciaron una ofensiva sistemática contra el Gobierno legítimamente elegido. El Partido Popular y Vox, aliados en lo ideológico y en lo estratégico, han rechazado de plano los resultados democráticos, etiquetando al Ejecutivo como “ilegítimo”, “okupa” y deshumanizando a su presidente con discursos cargados de odio. Este rechazo constante al resultado de las urnas y alianzas no es oposición política: es un vil ataque directo al corazón de la democracia.
En lugar de dialogar o proponer y construir alternativas, ambos partidos hermanados han encontrado en el odio y la antipolítica visceral un cemento eficaz para movilizar a sus bases. Y, bajo esta premisa, han convocado manifestaciones para sembrar crispación ciudadana y desgaste institucional. La connivencia entre una ultraderecha que se dice “moderada” y una derecha extrema que niega consensos básicos, resulta no solo antidemocrática, sino profundamente perjudicial para la paz social.
Cuando se normaliza el discurso del odio, se deslegitima el diálogo y se degrada la convivencia. Y eso es tan sumamente peligroso que, en democracia, jamás puede ser el camino.

domingo, 18 de mayo de 2025

Israel: asesinar con el hambre

 

Netanyahu, un despreciable criminal de guerra
Netanyahu, un despreciable criminal de guerra


Usar el hambre como arma de guerra es una de las más deleznables violaciones de los derechos humanos, un acto de crueldad extrema que destruye no solo vidas, sino también voluntades y futuros. Los criminales de guerra que recurren a esta práctica, como el autócrata y genocida Netanyahu, no solo están cometiendo crímenes contra la humanidad, sino que eliminan generaciones enteras de un plumazo, sumiéndolas en un sufrimiento inimaginable e innecesario.
La situación en Gaza es un claro ejemplo de esta barbarie. Su población, ya de por sí vulnerable, está siendo sometida a una guerra total, donde la muerte llega tanto por las bombas como por la inanición. Miles de niños han sido asesinados, y otros miles están destinados a un futuro de desesperación y hambre crónica. Aquellos que logren sobrevivir, lo harán marcados para siempre por el daño irreversible que el hambre les habrá acarreado al truncar su desarrollo físico y mental. Las cicatrices serán indelebles.
El hambre como arma no solo es una violación flagrante del derecho internacional, es un genocidio. Asesinar a una población por desnutrición, es una estrategia cruel y despreciable que debe ser condenada enérgicamente por toda la comunidad internacional. La Corte Penal Internacional debe actuar con más firmeza ante estos crímenes de guerra, buscando justicia para las víctimas castigando a los culpables.
Tampoco el mundo puede permitir que este tipo de atrocidades queden impunes. El hambre como táctica de guerra no solo es una agresión fríamente calculada contra un pueblo, sino contra la humanidad misma. Cada día que pasa sin una respuesta contundente es un día más en que reina la injusticia y más vidas se pierden, no solo por las balas, sino por la barbarie de quienes creen que tienen derecho a arbitrar la vida de los demás. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante el genocidio silencioso que está teniendo lugar. La historia recordará a los responsables de esta monstruosidad, y la condena, justa pero implacable, será, con suerte, la más mínima de las penas que habrán de recibir.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Energías renovables: más que nunca

 

Debemos mimar el planeta con renovables o será nuestra perdición
Debemos mimar el planeta con renovables o será nuestra perdición

España, gracias al impulso que los gobiernos progresistas han dado a las energías limpias, está a la vanguardia de una revolución energética eficiente y barata que no solo es necesaria para combatir la emergencia climática, sino que también ha permitido que nuestra industria sea muy competitiva, a la vez que hemos reducido significativamente la huella de carbono.
En contraste, si las políticas impulsadas por la derecha española hubieran prevalecido, hoy estaríamos en una situación completamente diferente. El “impuesto al sol” del gobierno de Rajoy, y la privatización del sector energético por Aznar, habrían dificultado el acceso a la energía limpia y habrían incrementado de manera significativa los beneficios de las eléctricas y las facturas de los ciudadanos y el resto de empresas.
Por si fuera poco, la reciente propuesta de Feijóo de promover la energía nuclear como parte del mix energético del país, alargando la vida útil de las centrales nucleares y otorgándoles beneficios fiscales, es un claro retroceso. Esta medida, buena para las energéticas y mala para la ciudadanía por su coste, no solo pone en riesgo la seguridad energética y medioambiental, sino que también olvida el potencial de las energías renovables que son mucho más rentables a largo plazo.
El sol y el viento españoles nos brindan una ventaja natural invaluable, y gracias al desarrollo de estas fuentes renovables, durante la reciente crisis energética fruto de la invasión de Ucrania y el encarecimiento global de los combustibles fósiles, España y Portugal, por su “singularidad ibérica” –un modelo energético con ventajas para ambos países, la misma que denostó el PP–, han mantenido las tarifas de electricidad mucho más baratas que en el resto de Europa.
Los datos son claros: las energías renovables no solo son el futuro, sino el presente y la clave para una transición energética eficiente, justa y económica. La energía solar y eólica son, además, cada vez más accesibles y competitivas frente a otras fuentes de energía tradicionales. Y España con su clima privilegiado y su infraestructura en expansión, tiene todas las condiciones para liderar esta transición en Europa y consolidarse líder en el sector de las energías limpias, lo que nos permitirá seguir disfrutando de una energía barata y accesible, mientras protegemos nuestro planeta para las generaciones futuras.
Por ello, las energías renovables son el camino a seguir. No solo son una solución para la emergencia climática, también la base para una economía más competitiva e independiente de energías contaminantes.

domingo, 11 de mayo de 2025

Salvajada atroz

 

Hay que parar la salvajada
Hay que parar la salvajada

Pronto comenzarán en España los espectáculos más crueles que aún se permiten: las corridas de toros, donde se tortura y sacrifica a un animal por mero entretenimiento.
Imaginemos que no existieran y alguien propusiera esto a Cultura: primero clavaremos un arpón al toro para irritarlo, luego el picador le desgarrará el cuello con una lanza, destrozándole músculos y provocando hemorragias. Tras ello, los banderilleros lo acribillarán con palos armados con arpones para “reactivarlo”. Y finalmente, el torero intentará matarlo con una espada al corazón, aunque es muy probable que falle y obligará a rematarlo entre convulsiones y cuchilladas carniceras, quedando el animal paralizado, pero aún consciente. ¿Darían el aprobado como evento cultural o ingresarían al proponente en el frenopático?
La tauromaquia es un anacronismo sangriento. La sociedad cambia y exige respeto hacia los animales. Es inaceptable en el siglo XXI mantener esta brutalidad como forma de entretenimiento. El sufrimiento de un ser vivo jamás debe ser una fiesta.

miércoles, 7 de mayo de 2025

El PP: la mentira como estrategia

El PP abonado al catastrofismo y la mentira
El PP abonado al catastrofismo y la mentira

 El PP, con rostro pétreo, acusa al Gobierno de mentir. ¿Cómo pueden ser tan descarados? ¿Cómo pueden hablar de “mentira” quienes han hecho del engaño y la manipulación su forma habitual de hacer política?
Ahora, con el apagón, vuelven a su estrategia preferida: sin esperar informes técnicos, sin atender a los datos ni a los expertos que insisten en que aún es prematuro aventurar causas, se lanzan a acusar al Gobierno de ocultar la verdad. El problema no es la crítica —legítima y necesaria en democracia—, sino la absoluta falta de rigor, de responsabilidad y de respeto por los hechos y utilizar el dolor o la confusión para alimentar su relato tóxico y partidista. No importa lo que ocurra; su respuesta es automática: atacar, embarrar y desinformar.
Este patrón no es nuevo. La historia reciente está plagada de episodios donde el PP mintió de forma descarada y dolosa. El 11-M y su burda insistencia en culpar a ETA por interés electoral. El escándalo del Yak-42, con su infame identificación de cadáveres, ocultación pruebas y premios a los responsables. La catástrofe del Prestige, con sus "hilillos de plastilina" mientras el mar se pintaba de negro. El accidente del Metro de Valencia, con la desaparición de pruebas clave. El Madrid Arena, donde se justificó lo injustificable. Los miles de muertos en residencias durante la pandemia, con declaraciones crueles como que “se iban a morir igual” cuando, si acaso en un hospital morirían atendidas. Y, más recientemente, la indolente gestión de la DANA, con excusas absurdas y la manipulación de la realidad para tapar su grave negligencia. ¿Y la corrupción? La Gürtel no era un caso aislado, es un modelo de partido: una red de corrupción saqueaba lo público, mientras decían que todo era “una conspiración contra el PP”.
La mentira no es un error ocasional en su discurso: es su herramienta política central, su mecanismo de supervivencia. No dimiten, no piden perdón, no rectifican, no asumen jamás responsabilidad alguna. Mienten, señalan, manipulan y siembran dudas para embarrar el debate. Lo más alarmante es que buena parte de la ciudadanía, víctima de ese constante bombardeo de desinformación, les sigue otorgando su confianza en las urnas. ¿Cómo no nos va a ir como nos va?
Basta ya de permitir que quienes hicieron de la mentira y la corrupción su bandera pretendan ahora darnos lecciones de transparencia y decencia. Ya no es solo cinismo: es una estrategia calculada que degrada la democracia, banaliza la verdad y burla la inteligencia de la ciudadanía. Si de verdad queremos dignificar la política, lo primero es no blanquear a quienes sistemáticamente la ensucian.

domingo, 4 de mayo de 2025

El gen necio XV

 

Cada vez hay más necios
Cada vez hay más necios

El virus de la desinformación se propaga cual plaga sin escrúpulos, y así el gen necio se expande y multiplica por el mundo.

–¿Qué está pasando? Es como si estuviéramos en un ciclo interminable de caos. La pandemia, Filomena, la huelga de transporte, el volcán, la dana, la guerra… Y ahora, el apagón eléctrico. ¡¿Qué sigue?! ¿El meteorito, la invasión extraterrestre, los rayos gamma, la epidemia zombi, la vuelta del fascismo…? Parece que todo se desmoronara a la vez.
–Bueno, por eso hay que estar preparado.
–¿Y cómo te preparas tú?
–Pues lo primero es lo primero: el papel higiénico.
–¿Sabes lo que realmente me inquieta? Que siempre que hay una crisis los egoístas insolidarios os abalanzáis en tromba al supermercado y arrampláis con todo como si regresáramos a la prehistoria, el papel higiénico lo primero. ¿Realmente creéis que vais a sobrevivir al fin del mundo solo por tener una montaña de papel higiénico?
–Es pura estrategia. El papel higiénico es una moneda de cambio, el comodín de la baraja. Si en medio de una guerra mundial te quedas sin nada, siempre puedes negociar con el papel higiénico. ¡Imagina el trato en el refugio subterráneo!: “Te doy dos rollos de papel higiénico, y tú me das el último paquete de arroz.” Más allá de la supervivencia, esto es... visión de futuro.
–¿Visión de futuro? ¿En serio? El mundo ardiendo y tú en el refugio diciendo: “No tengo comida, pero tengo rollos de papel... ¿hago trueque?” ¡Es surrealista!
–Como todos tendrán agua potable, alimentos no perecederos… lo verdaderamente importante en una crisis será... la tranquilidad que te procurará un buen rollo papel.
–¡Claro! ¡Ahora lo entiendo! Papel higiénico para… vuestra diarrea mental.

Lo dicho: el gen necio.

miércoles, 30 de abril de 2025

Hipocresía y cinismo: el doble rasero de Feijóo

 

Feijóo tiene más cara que espalda
Feijóo tiene más cara que espalda

Es sencillamente insultante que Alberto Núñez Feijóo se atreva a hablar de transparencia y a exigir responsabilidades al Gobierno de España por el reciente apagón, cuando él mismo practica un silencio cómplice ante la opacidad de Carlos Mazón. ¿Dónde queda su supuesta defensa de la verdad y la rendición de cuentas cuando se trata de uno de los suyos?
Y mientras el Ejecutivo comparece públicamente de forma reiterada para informar y dar explicaciones a la ciudadanía, en forma convincente y seria asegurando que todo se sabrá, Feijóo guarda un silencio miserable y cobarde ante las incógnitas que rodean al presidente de la Generalitat Valenciana. ¿Dónde estuvo Mazón el 29 de octubre? ¿Qué hizo? ¿Por qué no muestra la factura de El Ventorro y su listado de llamadas? ¿Qué es lo que pretende ocultar?
Feijóo exige transparencia a los demás, pero no se atreve a exigirla en su propia casa. Es el tipo de cinismo político que degrada la confianza pública y convierte la ética en una herramienta de conveniencia partidista. Y lo peor: lo hace con una arrogancia que insulta la inteligencia de los ciudadanos.
Si de verdad cree en la rendición de cuentas, que empiece por exigirle a Mazón, si se atreve, las explicaciones que tanto reclama al resto. De lo contrario, sus palabras no son más que ruido vacío y vergonzoso oportunismo.