El PP es lo peor que le ha pasado a España |
Desde que conquistamos la democracia, el PP cuando no ostenta el poder, farisaicamente se dedica a deslegitimar al Gobierno, deshumanizarlo, negar su legalidad y calificarlo de “inmoral, indigno, okupa, dictador, ilegitimo, felón, perdedor, Frankenstein, vendepatrias” y demás vilezas para espolear a las derechas.
Feijóo, con su tóxico discurso en que equipara un acuerdo democrático con ETA y el 23-F, sostiene que Sánchez y sus socios ocupan un lugar que no les pertenece… y, así, el odio crece hasta que brota. Aznar arenga su particular “apreteu” para que «el que pueda hacer, que haga», y tantos otros ponen su destructor granito.
Pero, tras agitar el avispero, piden calma de aquella manera: primero silencio administrativo, luego arrastrar de pies y por último reprobación… con peros. Dos ejemplos: Feijóo, en su peculiar condena, señala a Sánchez. Bendodo también condena «sin ninguna tibieza todo tipo de violencia» pero «Pedro Sánchez ha provocado la indignación». Al tiempo hablan de «fraude electoral» para negar la legitimidad del futuro Parlamento. Menos mal que fuera de España –ahí están los editoriales de las biblias económicas liberales “The Economist” y “Financial Times”– la estiman positivamente y critican la sobreactuación de la derecha –la ultra (PP) y la extrema (Vox)–.
Esta deriva populista y polarizadora de los populares que promueve la rebelión contra un Gobierno legítimo y democrático rozando la tragedia es temeraria y bárbara; porque una vez que se incendia la calle, es difícil una vuelta atrás.
Los que arengan son culpables de la violencia.