Cs y autonomías: hito histórico

La colaboración de Cs con la extrema derecha es más que evidente

Teatrillos aparte, por boca de Inés Arrimadas portavoz de Ciudadanos, corroboramos que en la Comunidad de Madrid, gracias a un «resultado histórico» se permitirá un «gobierno de cambio». No le falta razón, hasta ahora gobernaba el PP –el de la corrupción de la Púnica, Acuamed, Gürtel, Máster, Lezo…– sostenido por Cs, y a partir de ahora gobernará el PP, y he aquí el histórico cambio, con la imprescindible contribución de la formación ultraderechista Vox y el apoyo de Cs. Y, en la comunidad murciana, más de lo mismo («¡Murcia a tope!»).
Cs, que se dice regenerador de la política, a pesar de seguir renegando de pactos con la extrema derecha y apuntalar la corrupción, nos tacha de ingenuos disfrazando la realidad. No sean timoratos. Asuman, con todas las consecuencias, su legitimidad para negociar y blanquear a quien deseen, y abandonen sus ardides de trileros bisoños –en los que yo te presto votos y tú se los cedes a Vox– admitiendo que son parte fundamental del Trío de Colón.

Cambio climático y salud: paso atrás

El comecocos pepero empieza a devorar todo el legado de Carmena

Las grandes ciudades europeas tienen un compromiso honrado con el cambio climático y gran responsabilidad en la salud de sus habitantes debido a la grave contaminación. Es por eso que todas intentan atajar este enorme problema –causante de más 800.000 muertes anuales, de ellas 15 al día en Madrid– con medidas cada vez más drásticas.
Sin embargo, en la capital de España, tras los pactos alcanzados por el trío de Colón, se va a revertir desde el 1 de julio la tímida medida de bajas emisiones impulsada por el Consistorio de Carmena, con una moratoria sine die. Bruselas nos multará con razón y el dinero saldrá de nuestro bolsillo en lugar del de aquellos insensatos que, además de robarnos la salud, maltratan el planeta. Como siempre, los más vulnerables, niños y abuelos, familiares nuestros a los que tanto amamos.
Pero esta es solo una de las 80 medidas que en Madrid, PP, Cs y Vox han firmado no para construir, sino para demoler el legado progresista de Carmena y su equipo.

El poder del dinero

"Poderoso caballero es don dinero"

El poder económico, para no redistribuir con equidad la riqueza entre la sociedad que la produce y mantener las reformas laborales, la privatización de servicios públicos, los escasos impuestos a grandes fortunas y empresas, exige que el PSOE no pacte con Unidas Podemos y sí con Ciudadanos e incluso el PP.
Nuestra Constitución propone un modelo de sociedad y no de mercado. Obvian que el libre mercado no garantiza la competencia ni la riqueza de todos, sino el monopolio y el beneficio de unos pocos; por eso el neoliberalismo no es una escuela económica como pretenden, sino una ideología mística con unos intereses comunes para que la clase acomodada controle subrepticiamente el poder político. Y, para no tener que explicar sus fracasos cuando ponen a la sociedad al borde del precipicio –donde también logran su objetivo de hacer más ricos a los ricos a costa de la tragedia de muchos como en la reciente crisis–, hacen de su doctrina dogma de fe para otorgar a sus proposiciones un carácter religioso infalible e indiscutible.
Si son demócratas y ansían legislar, que concurran a las elecciones. Indigna que pretenda marcar la agenda quien no ha sido votado y ataque sin piedad a quien lo desenmascara. Ahora le toca el turno a Podemos y todos los resortes se disparan –estrategia del miedo, difamación, mentira, presión a socios…– con una consigna clara: que no gobierne.
Lo dijo Rato: «Es el mercado, amigo». Pero esto ni es honesto, ni sensato. Las urnas se han pronunciado. Si aceptamos esta imposición no sé para qué convocar elecciones. Simplemente, que los mercados dicten sus normas sin tapujos.

Hacer invisible la violencia de género

Avergüenza que Cs y PP pacten con Vox para diluir la violencia de género

La ultraderecha comienza a diluir la violencia de género. Para ello cuenta con la complicidad de PP y Cs, que en Andalucía se han arrodillado ante Vox para aceptar unos argumentos que mezclan todo tipo de violencias. No entienden que si se igualan las barbaries, se termina por subestimar la realidad de algo tan grave y brutal como el machismo asesino que lleva 1000 muertes desde que empezaron a contabilizarse hace 15 años.
El Pacto en Andalucía –con concesiones también en inmigración y Memoria Histórica–, además de camuflar esta lacra, acaba dificultando la igualdad efectiva y real entre hombre y mujer y manipula el leguaje llamando a la violencia de género «violencia intrafamiliar», y minimiza el miedo a correr sola, a volver de noche, quitando hierro a los cobardes que, valiéndose de su mayor fuerza física, consideran que la mujer está a su disposición; o a los que creen que su compañera es de su propiedad y no tiene derecho a iniciar una nueva vida.
Que se enteren de una vez por todas: la violencia de género es singular porque asesina y viola mujeres por el simple hecho de ser mujeres.
Lamentable como tiran por la borda tantos años de concienciación de tan grave problema.

La derecha, a lo suyo

Partido Popular y Ciudadanos tergiversan para desvirtuar la política y denostar al rival. Ahora se escandalizan con el PSOE por la nueva imagen de Correos aventurando que «ha costado cientos de miles de euros para dejarlo igual» y que «es indignante como se dilapida el dinero público».
Formidable manipulación porque la licitación fue obra del Gobierno de Rajoy en 2016, y el concurso se resolvió en 2017 mientras el PP permanecía en el poder.
Para provocar el rechazo ciudadano, de nuevo quieren convertir la política en un pestilente albañal generando confusión que silencie lo esencial: trabajo, pensiones, educación, sanidad, impuestos, política territorial, reforma de la ley electoral, Seguridad Social... y todo lo espolvorean de agravios y descalificaciones. Así que cada vez que alguien se decepciona de la política, España pierde y la derecha logra una pequeña victoria que la acerca a su objetivo: el desencanto general.

El PP sigue fiel a su naturaleza

El PP, como el escorpión de la fábula, no puede evitar su naturaleza

Igual que en el “proces” –y todos conformes–, si hay un juicio de alto interés mediático, el gabinete de comunicación del TSJ, evita colapsar la sala solicitando su retransmisión por televisión.
Así, el próximo 14 se inicia la vista por la destrucción de los discos duros de Bárcenas, y el PP –que se dice regenerado– se comporta igual que cuando recurrió el procesamiento y se opone a la emisión.
La destrucción de los discos ocurrió tras el registro de Génova por la policía reclamando documentación sobre las obras de reforma que supuestamente se hallaban en ellos; y de que su dueño, Bárcenas, estuviera en la cárcel. Con el borrado de datos, se nos privó del esclarecimiento del mayor caso de corrupción ocurrido en España por la ingente cantidad de dinero supuestamente sustraído y el pago de servicios en B, que mermó las arcas públicas y, por consiguiente, el Estado de bienestar. Como lo robado es nuestro, exijo luz y taquígrafos.
Si todo fuera legal, estarían de acuerdo con la emisión que publicitaría su inocencia y buenas prácticas contables. Pero el pavor que rezuman despeja el misterio del porqué de tan aséptico borrado con 35 formateos, rayaduras, martillazos y… a la basura.

El Tribunal Supremo desenmascarado

La sombra del dictador Franco gravita 43 años después

Es lo que pasa cuando hay transición y no ruptura. Todos sabemos que el antiguo Tribunal franquista de Orden Público colocó a 10 de sus 16 jueces en el Tribunal Supremo. Por eso ahora, además de suspender cautelarmente la exhumación del dictador por motivos baladíes –ni sería irreversible, ni tendría gran coste–, sostiene el Supremo que Franco fue jefe de Estado desde el 1 de octubre de 1936 –cuando aún gobernaba legítimamente la República y su Presidente era Manuel Azaña–, hasta su muerte. Obvian que la Constitución republicana estuvo vigente hasta el 1 de abril de 1939, final de la guerra civil y cuando se produjo la derogación de toda legalidad republicana. En su lamentable resolución también llaman al dictador jefe de Estado y aprueban, al normalizar, una dictadura sangrienta e ilegítima cimentada en un vil golpe de Estado.