París 2015, otro motivo para la especulación capitalista |
Si en 2018 se batió el récord de emisiones de CO2, entonces ¿para qué sirvió la Cumbre del Clima de París 2015? ¿Para forrarse?
Tras opulentas comilonas, lujosas reuniones, bellas palabras y vacuas promesas, ahora aflora descaradamente el enorme y nauseabundo negocio de los derechos de emisión –una vía con la que el capitalismo salvaje se enriquece en los mercados financieros– que se torna en inmoral carga para el consumidor –obligado a colmar los bolsillos de ricos y especuladores, por unos servicios esenciales, ya de por sí caros, de luz y gas– y en alarmante agravante para la salud del planeta y la vida que lo habitamos; problema que, se supone, pretendía resolver.
Es irresponsable e indecente lucrarse con la especulación de unos derechos irreales. Si un país se queda corto en su cuota, pues ya está; y si la va a superar, que se amolde.
¿Y luego se preguntan por qué el fascismo anti europeísta está en auge? ¿No será por hacer el juego a los poderosos relegando a los de a pie?
Tras opulentas comilonas, lujosas reuniones, bellas palabras y vacuas promesas, ahora aflora descaradamente el enorme y nauseabundo negocio de los derechos de emisión –una vía con la que el capitalismo salvaje se enriquece en los mercados financieros– que se torna en inmoral carga para el consumidor –obligado a colmar los bolsillos de ricos y especuladores, por unos servicios esenciales, ya de por sí caros, de luz y gas– y en alarmante agravante para la salud del planeta y la vida que lo habitamos; problema que, se supone, pretendía resolver.
Es irresponsable e indecente lucrarse con la especulación de unos derechos irreales. Si un país se queda corto en su cuota, pues ya está; y si la va a superar, que se amolde.
¿Y luego se preguntan por qué el fascismo anti europeísta está en auge? ¿No será por hacer el juego a los poderosos relegando a los de a pie?