Si la Constitución se cumpliera, tendría muchos más adeptos |
Crecí en la dictadura y tener una Constitución fue como lograr un sueño. Nuestra Carta Magna propone un modelo de sociedad –no de mercado– donde la solidaridad es pilar fundamental. Pero como ha sido sistemáticamente vulnerada –con crueles reformas laborales, salvajes desahucios, dispendiosas ventas de prósperas empresas públicas de servicios esenciales, costosas privatizaciones parciales de la sanidad, desoladores recortes y desvíos de fondos educativos, lacerante modificación del artículo 135 para postergar la solidaridad, ruinosos rescates de empresas privadas en quiebra con dinero público que debería haberse destinado a políticas sociales, y un largo etcétera– es ampliamente cuestionada.
Sin duda, como todo en la vida, es mejorable y, en su cuadragésimo aniversario, aunque soy partidario de reformar parte de su articulado, sé de la incapacidad política para el acuerdo. Así que tal vez no sea necesaria su modificación, sería suficiente con cumplirla para no patear su contenido.
Sin duda, como todo en la vida, es mejorable y, en su cuadragésimo aniversario, aunque soy partidario de reformar parte de su articulado, sé de la incapacidad política para el acuerdo. Así que tal vez no sea necesaria su modificación, sería suficiente con cumplirla para no patear su contenido.