Rita Barberá blindada por el PP |
Cinco
días después de que Mariano Rajoy dijera que en materia de corrupción “esto se
acabó y aquí ya no se pasa ninguna”, dejando entrever que anteriormente había
mantenido laxitud en este asunto, algo que ya suponíamos tras su “Luis, sé fuerte […] hacemos lo que podemos”, el Partido Popular desiste en revocar como
senadora a Rita Barberá, ex alcaldesa de Valencia que se encuentra en el ojo
del huracán al estar cercada de graves casos de corrupción, aunque no imputada por
ser aforada.
El
PP, en ese contundente paso al frente en la lucha contra la corrupción que dio
hace cinco días, la nombra miembro suplente de la Diputación Permanente del
Senado, órgano que da continuidad al parlamento entre legislaturas. De este
modo tan sutil, Barberá pasa a estar blindada de la justicia ordinaria, porque
no dejaría de ser aforada en el caso de repetirse las elecciones.
Si
ya lo vio venir el ensayista inglés del XIX Charles Caleb Colton cuando sentenció:
“La corrupción es como una bola de nieve: una vez que empieza a rodar seguirá
creciendo”.
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En
otro orden de cosas, el inclemente y frío invierno ya está aquí, señor
Jean-Claude Juncker, presidente de la CE (palabras infladas, palabras
pomposas, palabras grandilocuentes, palabras afectadas, palabras
hipócritas, palabras engañosas, palabras falsas, palabras tramposas,
palabras insensibles, palabras vacías, palabras huecas, palabras de
tahúr, palabras febles) mientras la ineptitud y dejación de funciones de
su política europea, entre cuyas obligaciones cuenta con el vinculante
cumplimiento, desde 2009, de la Carta de los Derechos Fundamentales de
la UE que, en su artículo 18 sobre el Derecho de Asilo reza: “Se
garantiza el derecho de asilo dentro del respeto de las
normas de la Convención de Ginebra de 28 de julio de 1951
y del Protocolo de 31 de enero de 1967 sobre el
Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado
constitutivo de la Comunidad Europea”, hace que miles y miles de
refugiados, niños, jóvenes, adultos y ancianos continúen su innecesario y
trágico calvario por las tierras y costas de Europa que, en demasiadas
ocasiones, concluye con el pago de sus vidas. Gobernantes de Europa: Que
esos muertos pesen sobre vuestras acomodadas conciencias.
Insisto en dos certidumbres:
• Nadie abandona su país, la tierra que le vio nacer, porque sí.
• Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me está leyendo, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias.
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!
Insisto en dos certidumbres:
• Nadie abandona su país, la tierra que le vio nacer, porque sí.
• Usted, señor Jean-Claude Juncker, usted que me está leyendo, y yo, haríamos lo mismo que ellos en idénticas circunstancias.
¡Qué monumental deshonra para esta vieja, acomodada e hipócrita Europa!