|
El patriotismo es un sentimiento falso
|
El patriotismo teórico, abstracto e impostado, el que pregonan derecha y nacionalistas, es algo inmaterial y, por tanto, intangible. Se basa en sentimiento, bandera, tradición –muchas veces cruel– y frontera. Algo tan irreal como es tener el pecho henchido de orgullo a espurios ideales atávicos que, erigiendo a unos ciudadanos en superiores a otros, logra dividir y separar: nosotros frente a los otros.
Ante este patriotismo egoísta y etéreo, habría que edificar otro real, tangible, y firme cual roca; un territorio con tanta justicia social que ni el nacionalismo desee secesionarse: el patriotismo efectivo que levanta un país fraternal con otros pueblos, auténtico, democrático, con leyes justas; una nación solidaria y comprometida donde nadie, «por razón de nacimiento, sexo, raza, religión o cualquier otra condición», sea abandonado a su suerte; un Estado que camine respetando la diversidad a un futuro lleno de esperanza e ilusión.
Esa, y no otra, ha de ser la patria que debemos levantar.