martes, 26 de noviembre de 2019

Iluminación navideña

El consumismo desbocado se carga el medio ambiente
El consumismo desbocado se carga el medio ambiente
Me pensaba callar para no parecer Pepito Grillo, lo juro, pero se ha hecho con tanto boato y tan poca discreción, que no puedo… Esto se nos va de las manos. Hemos entrado en una competición entre ciudades para ver cuál tiene más y mejores luces navideñas sin pensar en el despendole que ocasiona este gasto innecesario que acelera la emergencia climática. Unas calles muy iluminadas, además de producir CO2, nos estimulan sensorialmente a sumarnos a la fiesta de la compra compulsiva con mercancías que nos entran por los ojos. Y para alimentar este insaciable monstruo del negocio navideño –navidades lo llaman por no decir consumismo–, cada vez ponen más luces y cada año las encienden antes.
Van por el camino equivocado. Recuperen la cordura y no alienten el despilfarro que solo refuerza la urgencia climática ya difícil de parar. No nos pueden aleccionar sobre desarrollo sostenible si nos arrastran a un consumismo desaforado.

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