domingo, 7 de mayo de 2017

Justicia y corrupción, dos antagonistas

La corrupción moral, un peligro para la sociedad
La reforma de la LECrim realizada por el PP es inmoral. Muchos casos se cerrarán por falta de medios
Lo que contemplábamos no presagiaba nada bueno, y ahora saltan las alarmas. Cuando se tolera la corrupción de los nuestros se juega con fuego. Y es que la condescendencia permisiva de quien ostenta el poder, hace que las instituciones enfermen y la infección lo contagie todo, hasta gangrenar la Justicia: algunos presuntos corruptos fueron alertados de estar siendo investigados. Si además se intenta controlar la Judicatura, obtenemos un cóctel miserable.
La separación de poderes, imprescindible en una democracia de calidad, ha ser cristalina para garantizar los derechos individuales y, en España, no lo es. Hay que reformar las leyes para impedir que los nombramientos en la Judicatura los realice el poder político. Cuando se pierde la fe en la justicia, el sistema democrático se descompone derrumbándose cual castillo de naipes. Urge poner fin a la corrosión de nuestros valores democráticos; no quiero asistir impotente a ver a España convertida en un Estado fallido donde campa la corrupción moral.

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