En cuestión de derechos, ¡ni un paso atrás! |
Los derechos que disfrutamos no son nuestros y, por tanto, no nos pertenecen. Es conquista y legado de quienes lucharon por ellos. Los hemos recibido para disfrutarlos, custodiarlos, mejorarlos si podemos y, sobre todo, transmitirlos a futuras generaciones para su beneficio. El pacto intergeneracional jamás contempló la renuncia o el menoscabo.
Como el neoliberalismo, para favorecer al poderoso, pretende neutralizar la lucha de clases avivando el egoísmo entre trabajadores al primar el convenio de empresa sobre el sectorial, convirtiendo los derechos colectivos en testimoniales individuales que apacigüen la conciencia obrera, nuestro deber es impedir la vuelta al oscurantismo del pasado.
Si el capitalismo, que desde la Transición ha actuado contra la génesis del movimiento obrero demoliendo la esencia tuitiva que reconocía el primer Estatuto, sale victorioso del trance, se consumará el fracaso de los trabajadores.
Por nosotros y sobre todo por las generaciones futuras: ¡ni un paso atrás!
Como el neoliberalismo, para favorecer al poderoso, pretende neutralizar la lucha de clases avivando el egoísmo entre trabajadores al primar el convenio de empresa sobre el sectorial, convirtiendo los derechos colectivos en testimoniales individuales que apacigüen la conciencia obrera, nuestro deber es impedir la vuelta al oscurantismo del pasado.
Si el capitalismo, que desde la Transición ha actuado contra la génesis del movimiento obrero demoliendo la esencia tuitiva que reconocía el primer Estatuto, sale victorioso del trance, se consumará el fracaso de los trabajadores.
Por nosotros y sobre todo por las generaciones futuras: ¡ni un paso atrás!