Las campañas de desinformación orquestadas por las oligarquías, dan al traste con procesos democráticos |
Ya desde la cuna, nuestra Ley Electoral nació vetusta. La norma es arcaica y coarta la libertad del elector tutelándolo como si fuese un menor.
Este año viene con importantes citas electorales; y no tardando mucho nos volveremos a lamentar de la prohibición de publicar sondeos de intención de voto los cinco días anteriores a la apertura de urnas y nos quejaremos de la extemporánea jornada de reflexión.
En la aldea global de las redes sociales, el no poder publicar encuestas –más o menos ecuánimes– poco antes de abrir las urnas, dará pábulo a bulos y manipulaciones descarnadamente interesadas fuera de toda sensatez orquestadas por las oligarquías para dar al traste con el proceso democrático. Chile, que cuenta con prohibiciones parecidas a las nuestras, lo ha sufrido en sus propias carnes.
Somos maduros. Es hora de homologarnos a la mayoría de países del mundo que carecen de cualquier tipo de restricción.