La codicia en la cadena de alimentación debe acabar |
Como los liberales fantasean con que la inflación es signo de un mercado sano, su funesto fantasma deambula por el mundo y, así, cada vez que vamos al súper sabemos que alguien de la cadena de distribución se está forrando a nuestra costa. Gran impotencia. Solo podemos pagar o no comeremos.
La vaca sagrada liberal de la usurera ley de la oferta y la demanda justifica que los precios han de subir hasta equilibrar la oferta. Mentira. Quieren ganar más, algo que lograrían vendiendo sin necesidad de incrementar los precios y entrar en un círculo vicioso en el que los sindicatos exigirán subidas salariales para no perder poder adquisitivo, mientras los empresarios señalarán a estos para subir los precios.
Como la realidad es que los precios suben más que los salarios, solo hay animus lucrandi, con abultado incremento de los márgenes de beneficios por encima de los costes –que suben también merced a la usurera ley–, para atesorar más.
Como la bajada del IVA se incorporará a sus beneficios —personalmente ya he constatado este hecho—, ¿se intervendrá el mercado de los avarientos? No puede ser que servicios y artículos de primera necesidad estén al albur de la codicia capitalista a expensas de lo que es de todos: nuestros impuestos.