Hay que acabar con la corrupción y rebajar penas no es solución |
Para defender la rebaja de la condena, sostiene Rufián que «no se pueda utilizar el Código Penal como un castigo ideológico», en referencia a quienes pusieron urnas para un referéndum, y no se llevaron ni un euro al bolsillo. ¿Qué pasa entonces con personajes tan aviesos como Jorge Fernández Díaz, que tampoco se llevó dinero, pero presuntamente malversó para crear una “policía patriótica” y urdir pruebas falsas contra la oposición y pulverizar pruebas incriminatorias de la corrupción de su partido?
Cuando el dinero público se destina a fines que no son los presupuestados, se rompe el principio de confianza en la gestión; y si se abre el melón de reducción de penas en la malversación, se abre la puerta a miles de corruptelas para robar a manos llenas; y eso sí que defrauda nuestra esperanza.