miércoles, 19 de enero de 2022

Downing Street era una fiesta

 

Downing Street, con Boris Johnson, era la fiesta del despotismo
Downing Street, con Boris Johnson, era la fiesta del despotismo

En lo más doloroso de la pandemia, con elevadas cifras de muertes, hospitales colapsados, restricciones y una población confinada y angustiada, en el 10 de Downing Street, Boris Johnson y su entorno celebraban fiestas –difícil encontrar un día que no– en las que, considerándose intocable, entre trago y trago, el poder se le subió a la cabeza.
En la era del marketing político, la demoscopia manejada por una mente imprevisible como la de Johnson, resulta nefasta. Este despotismo de creerse invulnerable ocurre cuando a quien entona un discurso fraudulento lleno de sinrazón, despropósito, insolidaridad y confrontación, que saca a Gran Bretaña de la UE, en lugar de expulsarlo o exigirle sensatez, le ríen todas sus ocurrencias.
Johnson piensa que la política no es el arte de gobernar sino la facultad de conservar el poder. Pero en el camino se le cruzaron unas cuantas juergas que ni sus partidarios le perdonarán. A veces el sistema engendra monstruos que, tras el estropicio, tiene que devorar.

domingo, 16 de enero de 2022

Madrid, ¿maltratada o maltratadora?

 

Ayuso, una neoliberal nacionalista que solo busca la confrontación
Ayuso, una neoliberal nacionalista que solo busca la confrontación

Es paradójico que la comunidad más adinerada de España, la que por su capitalidad atrae empresas y riqueza, es la que tras décadas de gobiernos de derecha con bajadas impositivas a sociedades y ricos –migajas al resto–, menos invierte en educación y sanidad –ambas a la cola en inversión por habitante y año de España y más de 800.000 pacientes en lista de espera–.
De nuevo, su presidenta Ayuso –Casado también se sube al carro– utiliza el mantra «del reparto arbitrario» de los fondos europeos y «del maltrato en los presupuestos» y pide que «la reforma de la financiación no suponga un agravio para Madrid», al tiempo que, para mejorar su paraíso fiscal, se aprovecha de su privilegiada singularidad, y anuncia cada semana más bajadas de impuestos por pura y dura ideología neoliberal en lugar de mejorar servicios.
Como gran nacionalista populista, alimenta la llama del victimismo denunciando que otras comunidades reciben más que Madrid y solicita recibir más dinero. ¿Para qué? ¿Para bajar más los impuestos? ¡Venga ya!
La solidaridad entre regiones es algo que contempla nuestra Constitución y, basándose en ello, la más rica debe aportar más.
No se preocupe, señora Ayuso, no habrá agravio. Tan solo justicia fiscal constitucional. Al menos eso espero; porque usted sí que maltrata a toda España y a los madrileños no acaudalados.

jueves, 13 de enero de 2022

Engordar el “bulo” alimenticio

 

Las macrogranjas contaminan agua y suelo y alimentan el maltrato animal
Las macrogranjas contaminan agua y suelo y alimentan el maltrato animal

La sinrazón del furibundo ataque que ha recibido el ministro Garzón es tan interesado, terco, falso, forzado e irracional que no puedo callar. Garzón solo ha dicho lo que Europa –que nos ha abierto un expediente sancionador– reclama. Los que le atacan desdeñan la ganadería tradicional y empoderan las macrogranjas –fábricas de carne de peor calidad–.
Cuando la mayoría de pueblos ganaderos se oponen a las macrogranjas por dañar el medio rural, ¿a qué tanta manipulación? Los purines contaminan las aguas del subsuelo, los fertilizantes saturan el suelo y los animales están inflados de antibióticos y estresados a golpe de ley. En cuanto al maltrato, basta ver cualquier telediario para juzgar.
Si escarbas un poco, la derecha opina que Garzón tiene razón; pero que siendo ministro no puede decirlo y es inoportuno. ¿Estamos de coña o qué? O sea, ¿no mires arriba no sea que veas la verdad? La ciencia es clara: comer carne aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. La solución: comer menos carne, más legumbres, y defender la ganadería extensiva tradicional que es más sostenible y saludable.
Y ahora, señor Garzón, promueva el cambio.

lunes, 10 de enero de 2022

Majestad, ¿por qué guarda silencio?

 

El rey emérito debería dar una rueda de prensa con preguntas sin censura
El rey emérito debería dar una rueda de prensa con preguntas sin censura

El rey emérito Juan Carlos I, que no debió enturbiar el honor de ser el más alto representante del Estado español en las relaciones internacionales con acciones presuntamente ilegales que llevaron su caso a las portadas de los principales diarios del mundo, regresará a la península. La cuestión es cuándo.
Juan Carlos I, al regularizar 5 millones de euros se autoreconoció defraudador fiscal, y por el daño ocasionado a la imagen del Reino de España, revistió el caso de la suficiente gravedad -y más cuando afirmó en el ejercicio de su labor que «la ley es igual para todos», y siendo obvio que la inviolabilidad constitucional que goza ampara su quehacer en el desempeño de funciones inherentes a su cargo y no presuntas trapazas para lucro personal- como para exigirle su deber de comparecer públicamente y explicarse ante los españoles.
Como no lo hace, yo simple ciudadano, al contrario de lo que visiblemente airado reclamó él a Hugo Chávez, con sosiego le pregunto: ¿por qué se calla, Majestad?

jueves, 6 de enero de 2022

Almeida: de agraviante a mártir

 

La ultraderecha vigila de cerca al PP

El alcalde de todos los madrileños y portavoz nacional del PP, Martínez-Almeida, inmerso en un ataque ultraderechista al sacar los presupuestos a cambio de nombrar a Almudena Grandes hija predilecta de la ciudad –título que, según él, «no merece»–, se ha revestido mártir y lejos de rectificar –que no olvidemos es de sabios–, para evitar enojar aún más a Vox, sostuvo y no enmendó su cobarde descalificación a la memoria de la escritora. ¿Qué criterios literarios maneja para ser tan rotundo?
La postura de Almeida no me sorprende. De vez en cuando se le cae la careta de moderado y asoma su pertenencia a un partido muy de derechas surgido del franquismo que siempre consideró la crónica literaria de Almudena –dando voz a los vencidos– de ataque a la dictadura.
Deberían hacerse mirar ese franquismo latente.

miércoles, 5 de enero de 2022

El PP y la reforma laboral

 

La reforma laboral del PP supuso la precarización y empobrecimiento de los trabajadores
La reforma laboral del PP supuso la precarización y empobrecimiento de los trabajadores

El Partido Popular está atrapado en el no, faltaría más; y Cuca Gamarra, su portavoz en el Congreso, apostilla que esta reforma además de traer las plagas de Egipto, «deshace un camino andado que ha sido bueno para España». En su glosa soslayó a qué España se refería: si a la de los empresarios o a la de los trabajadores; a la del beneficio fácil o a la de la bajada salarial; a la de la contratación precaria con despido barato o a la del empleo basura; a la de la patronal potenciada frente al más débil o a la de la devaluación de los convenios; a la de varias empresas lucrándose del mismo empleado o a la de las subcontratas con trabajadores en riesgo de pobreza… realidades que corrobora Eurostat.
Por el contrario, la reforma que el Gobierno presenta, solo pretende corregir estas injusticias.

domingo, 2 de enero de 2022

Europa ante el latrocinio eléctrico

 

No puede ser que Europa se olvide de los ciudadanos y defienda a las empresas

Entre 1945 y 1951 unos adelantados a su época, anhelando terminar con las cruentas guerras vecinales, concibieron una Europa común en paz, solidaria, unida, fraternal, y dialogante mediante el fomento de la libertad, la democracia, la justicia social, el desarrollo económico, los derechos humanos y el bienestar de la población.
Por eso, y ante la escalada exponencial del precio de la luz, cuesta entender que, cuando las compañías se forran, Europa dé la espalda a la ciudadanía y rechace crear una plataforma común para comprar energía. Con su negativa soslaya que las naciones las conforman personas y no lobbies ni empresas, y emprende una senda que difumina aquellos altos ideales europeístas robusteciendo la máxima capitalista de blindar el mercado libre que, en este caso, no es más que un oligopolio.
Así amamanta el egoísmo nacionalista, la desalmada xenofobia y el monstruo del fascismo que renacen con brío. Si la meta no es una Europa social sino insolidaria, la UE carece de sentido.