La gestión de Díaz Ayuso

 

Su gestión se resume en cinco palabras: destrozar lo público y crispar

La presidenta de la Comunidad de Madrid, en su continuado destrozo de lo público, trasvasa de nuevo más dinero a manos privadas, regalando ahora la vacunación a empresas como el Corte Inglés, Acciona y Santander que pondrán, previo pago del importe, sus instalaciones y personal a vacunar. ¿No sería mejor emplear ese dineral en reforzar la atención primaria?
¿Recuerdan cuando con beligerancia dijo que en Madrid se vacunaría «mañana, tarde y noche y que si no vacunaban más era porque el Gobierno de España les maltrataba negándoles vacunas»? Bien, pues es Madrid la Comunidad con el porcentaje más bajo de dosis recibidas e inoculadas; y por eso, más de un millón cuatrocientas mil permanecen en los congeladores.
¡Qué hartazgo de derecha!

Patética fiscalidad

 

Grandes empresas y ricos deberían tributar con las mismas reglas

Quede claro lo que Eurostat desvela: en España la presión fiscal es del 35,4 % del PIB, muy por debajo de la media de la eurozona que es del 41,6 %. En Francia, el 47,4 %. Un español –salario medio de 26.934 euros–, abona al erario, entre impuestos directos e indirectos, el 48,8 %. Y si el sueldo medio contribuye con 13,4 puntos más que la fiscalidad media, ¿no será porque las grandes empresas y fortunas apenas tributan al Estado?
Sin duda queda destapada la gran injusticia de la realidad impositiva.
Es menester que los que más obtienen de la sociedad, colaboren con idénticas reglas que los ciudadanos de a pie para aproximarnos a la media de la eurozona y lograr que España sea un país más justo.

¿Ley sin democracia?

 

Pablo Casado, en realidad todo el PP, siente añoranza por el franquismo

Señor Casado: a pesar de ser un añorante tardofranquista, debería reconocer que Franco inició una guerra civil con un golpe de Estado contra un gobierno legítimo y democrático y, por tanto, fue responsable de la muerte de cientos de miles de personas de ambos bandos. Pero no solo eso, al finalizar el horror de la guerra fratricida que había iniciado, y con absoluto desprecio a los Derechos Humanos, cosificó a la mujer y prolongó la represión 36 años más hasta truncar, por medio del crimen y el terror cualquier disidencia: carencia de partidos políticos, desapariciones, depuraciones, represión cultural y lingüística... Sus consabidos “40 años de paz” se cimentaron en el silencio sepulcral de los cementerios y las prisiones llenas. Le pregunto ¿qué ley puede haber sin democracia? Le respondo: supongo que la que había, la de los asesinados en las cunetas y la de los represaliados en las cárceles y en el exilio.
Señor Casado: abandone su continuo revisionismo de la Memoria Histórica. Aprenda historia para no situar al mismo nivel a quién dio un golpe de Estado y al Gobierno legítimo.
Señor Casado: pida perdón.

España – Suiza

 

"Los muy patriotas" no sabrán a qué selección apoyar

Este viernes, y ante el inminente y crucial partido de cuartos de final de la Eurocopa de fútbol 2020, cuando los «muy patriotas y mucho patriotas» se sienten frente a su descomunal televisor con las cervecitas, el jamoncito y las gambitas para ver el desenlace del encuentro, sentirán cómo un gran desconsuelo turba su corazón “partío”.

Oposición en las trincheras de la confrontación

 

Pablo Casado, espoleado por Vox, Ayuso y Aznar, se ha echado al monte

Cuando el Gobierno abre la puerta a resolver el conflicto territorial, asoma un camino dificilísimo plagado de inquietudes a las que habrá que sumar las infinitas minas que tanto el españolismo como el catalanismo más cerril irán diseminando. Ambos soberanismos, que solo se miran el ombligo, harán todo lo posible por quebrar el diálogo con Cataluña.
Pero la visión que tiene Casado de la realidad –en «actitud inamovible» y prietas las filas–, está tan eclipsada por la estela de Ayuso, que ni obispos ni patronal ríen ya sus salidas de pata de banco y Europa le ningunea cuando va a “hacer patria” poniendo a parir al Gobierno de España. Turbado se aferra con fuerza al populismo más trumpista para extender el fantasma de la ilegitimidad y lanzar un argumento extremadamente peligroso que daña la convivencia y el futuro de la nación: solo el PP es capaz de formar «españoles de bien».
España no se merece una oposición tan mezquina y nociva como esta que usa hasta las víctimas del terrorismo.

Externalizar fronteras

 

Mantener el control de fronteras en países autoritarios, es un sinsentido

Lamentablemente, hace tiempo que la UE decidió externalizar su frontera sur, encomendando a dudosas manos la canalización del flujo migratorio y la gestión de peticiones de asilo, con el consiguiente chorreo de dinero. Así, países con regímenes autoritarios –Marruecos, Libia, Turquía– que sistemáticamente violan los derechos humanos, ejercen de polis malos para que los desterrados no incomoden llamando a nuestra puerta por si se devela nuestra aplacada conciencia.
De este modo, y sabiendo que con nuestra aquiescencia se violarán derechos fundamentales y que parte de ese dinero irá a mafias locales, el flujo de migrantes que llega a Europa depende de lo que paguemos a estos guardianes y del humor del sátrapa de turno.

El cáncer institucional de la corrupción

 

´La corrupción del Partido Popular dibuja un panorama desolador

Lo que se va conociendo de la Kitchen pone los pelos de punta: utilizar el aparato del Estado para destruir pruebas y minar a la oposición dibuja, como dice el juez instructor, un «panorama desolador». Bajo el Gobierno del PP, la mafia estaba tan infiltrada en los tejidos del Estado que, además de presionar e intentar comprar la integridad del inspector jefe de la policía que investigaba la trama, hasta los jueces que instruían las causas, temían estar siendo espiados.
Estoy harto de estos patriotas que roban a manos llenas mientras se les infla la boca de himno y bandera sin importarles quebrar las instituciones y favorecer, cuanto pueden, a los más privilegiados para apoltronarse en el grato sillón de algún consejo de administración donde vivir solazadamente la sopa boba.
Desolador, sí; pero esperanzadora la valentía del inspector Morocho en el cumplimiento de su deber pese a la coacción de una auténtica mafia.
Los que han puesto la democracia al borde del abismo, deben pagar por ello.