Lo que los expertos vaticinaron, cuando en marzo de 2018 el Gobierno de Rajoy aprobó el Plan Estatal de Vivienda con ayudas al inquilino, sucedió: una subida inmediata del precio de alquiler por subvencionar, con dinero público, al arrendador “en una simulación en diferido” de una ayuda al arrendatario. Antes, en 2013, la reforma del PP de la Ley de Arrendamientos Urbanos, ya había promovido la especulación al favorecer al propietario a costa del recorte derechos al inquilino, permitiendo subidas ilimitadas.
Aunque la Constitución aboga por una vivienda digna, la contundente realidad es que el alquiler turístico e inversores a la caza de rentabilidades desorbitadas, dificultan, por reducir la oferta y encarecer el descontrolado sector inmobiliario, el techo a mucha gente. Solo se pondrá freno al exceso con leyes regulatorias y la ejecución de un gran parque de vivienda pública a un coste muy por debajo del lucrativo atropello inversor que fuerce a bajar precios a este desbocado mercado.
Aunque la Constitución aboga por una vivienda digna, la contundente realidad es que el alquiler turístico e inversores a la caza de rentabilidades desorbitadas, dificultan, por reducir la oferta y encarecer el descontrolado sector inmobiliario, el techo a mucha gente. Solo se pondrá freno al exceso con leyes regulatorias y la ejecución de un gran parque de vivienda pública a un coste muy por debajo del lucrativo atropello inversor que fuerce a bajar precios a este desbocado mercado.