El desmesurado déficit público que deja Rajoy |
Desde 1909 España no alcanzaba un déficit superior al 100 % del PIB. Con Rajoy, el 101 %; y eso que cuando llegó a la Moncloa en 2011 se lo encontró en el 83 % y entonces, alarmado, profetizó: “hemos gastado más de lo que teníamos […] nadie puede vivir eternamente a préstamo, porque aumentan los intereses que tenemos que pagar […] Esto no es economía, es puro sentido común”. Y encima ahora, en plena efervescencia preelectoral, promete una populista bajada de impuestos de cara a buscar el voto fácil. Bueno, si es otra bajada como la que garantizó en la campaña de 2011, que no sólo fue incumplida si no que, todo lo contrario conllevó subidas de impuestos, al menos no hundirá el país, sólo volverá a engañar a algunos votantes. Y además, por si fuera poco, todo esto se amontona mientras la UE decide aplazar la multa al gobierno de Rajoy por incumplimiento del déficit, para “no interferir en las elecciones”. Su teórica no interferencia es ya una gravísima injerencia directa a favor de la campaña del PP, puesto que los españoles tenemos todo el derecho a saber en qué penoso estado quedarán las cuentas públicas tras las políticas aplicadas por este gobierno que ostentará, entre otros, el récord de deuda estatal.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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Por otro lado y después de muchos meses de muertes de inocentes, dejación y dudas, se ha consumado lo que muchos europeos contemporáneos jamás pensamos ver: la incapacidad de dar respuesta a una grave crisis de refugiados que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de los horrores bélicos, políticos, económicos…El indecente pacto que ha acordado la política europea para expulsar a Turquía a los refugiados que llegan a Grecia, es una burla colosal que incumple los principios de derecho internacional por quebrantar las garantías de protección, que Europa tiene obligación de cumplir, como son la Convención de Ginebra y el Estatuto de los Refugiados, porque así lo manifiesta en su artículo 18 la Carta Europea. Todo lo demás es pura patraña. Los europeos decentes nos hallamos sumidos en la consternación, la indignación, el dolor y el sonrojo. Incluso varias ONG como Médicos Sin Fronteras o ACNUR, han suspendido todas sus actividades en el centro de registro de refugiados por entender que se ha convertido en un ignominioso centro de detención.
Con esta firma Europa olvida sus raíces cristianas. ¿Cómo entenderemos, a partir de este indecente acuerdo, el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentarán? ¿Estará prohibido ser hospitalario en Europa? A pesar de esta obscena traición a nuestros principios solidarios, nada frenará el flujo si el horror persiste. Seguirán intentándolo una y otra vez.
Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha logrado alcanzar la más altas cumbres de la miseria humana con su único esfuerzo” y el compromiso que mantiene con los derechos humanos es puro delirio.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!