domingo, 2 de noviembre de 2025

Cuantísima infamia

 

Mazón desconoce la empatía
Mazón desconoce la empatía

Otra vez el PP organizó un homenaje a Carlos Mazón. Un acto más de propaganda disfrazado de sensibilidad, pero esta vez con la infamia añadida de celebrarlo en la mañana del primer aniversario de la DANA. Allí, rodeado de cargos del Govern Valencià y habituales palmeros del PP, fue ovacionado mientras pedía «reflexionar ante el desamparo que sintieron muchos valencianos». Lo escuché sin dar crédito. Tuve que volver a oír sus palabras para creer que hablaba en serio, con el gesto impasible y sin un atisbo de vergüenza. ¿Se puede ser más miserable? ¿Acaso no fue él quien dejó sin amparo ni socorro a miles de ciudadanos aquel terrorífico día? ¿Acaso no ha tenido, en un año entero, tiempo de reflexionar sobre su propia responsabilidad? Aunque claro, Mazón no reflexiona: sigue el indigno manual de estilo del PP, ese que enseña a negar, mentir y culpar a las víctimas y a los demás. Lo vimos en el 11-M, en el Prestige, en el Yak-42, en el Metro de Valencia, en las residencias de mayores, en el cribado del cáncer de mama… Una lista interminable de dolor y cinismo.
Mazón no es una excepción: es el ejemplo perfecto de un partido que no siente ni respeta el dolor ajeno mientras recorta y humilla. Cada día que Mazón permanece en el cargo, sostenido por Feijóo y Abascal, su dedo hurga con mayor profundidad la llaga de familiares y amigos de las víctimas. Feijóo calla porque es incapaz de tomar decisiones; Abascal lo sostiene porque suma votos; y el PP, mientras tanto, continúa su liturgia de cinismo y desmemoria.

jueves, 30 de octubre de 2025

Feijóo en la cuerda floja

 

A Feijóo se le está poniendo cara de Casado
A Feijóo se le está poniendo cara de Casado

Feijóo se consume intentando convencer al país de que lidera algo. Como es tarea imposible, está mohíno. Su liderazgo en el PP es tan sólido como lo fue el de Casado. Mientras los sondeos lo sitúan a los pies de los caballos, sus barones y Aznar afilan navajas. El gallego ha hecho del “viaje al centro” una versión política de “Aterriza como puedas”: promete dirigir rumbo al centro con decisión, pero el avión lo pilota VOX mientras él se dedica a repartir cacahuetes entre el pasaje.
Feijóo pasea su confusión ultraderechista tratando de revestirla de centrismo, en un viaje de casi 50 años pero que jamás llega a destino. Mientras el PP se descompone por dentro, no hay proyecto ni dirección, y mucho menos carácter, solo bandazos hacia la ultraderecha, postureo y muchas fotos con cara de “yo soy de centro”. Feijóo no lidera, sobrevive. Y lo hace rodeado de un partido donde las guerras intestinas ya no se disimulan: Ayuso a lo suyo, los barones cuchicheando en la sombra y Génova convertida en una oficina de críticas desestimadas. Cada discurso es algo ya formulado en la España más casposa y rancia. Cada gesto suyo, un engaño sin gracia.
Feijóo se ha convertido en el gran “macguffin” de la derecha española: está ahí, todos hablan de él, pero nadie sabe realmente para qué sirve.

domingo, 26 de octubre de 2025

Feijóo y los subsidios

 

El PP está dispuesto para destrozarlo todo
El PP está dispuesto para destrozarlo todo

¿A qué llama exactamente Feijóo «subsidios» cuando lanza sus críticas, plagiando sin disimulo el discurso tóxico de VOX y sus «paguitas»? ¿Se refiere al derecho al desempleo, una conquista social que protege a quienes pierden su trabajo? ¿O al ingreso mínimo vital, una medida mínima de dignidad que asiste a quienes no tienen absolutamente nada? Que hable claro. Que no esconda su habitual cobardía tras vaguedades calculadas.
Feijóo ha decidido abrazar la deriva más reaccionaria sin tapujos, creyendo ingenuamente que puede competir con la ultraderecha en su terreno. Pero quien juega a parecerse a VOX acaba siendo arrasado por VOX. Los resultados de los sondeos son evidentes: entre el original y la copia, la gente elige al original.
Este PP, desnortado y sin principios, ha perdido su alma. Ya no propone, solo reacciona. Ya no lidera, solo imita. Cree que endurecer el lenguaje le hará ganar votos, pero lo único que logra es hundirse en su irrelevancia. Con Feijóo al mando, el PP ya no es una alternativa de gobierno, sino una sombra acomplejada que ha renunciado a la moderación, al pensamiento propio y, lo que es peor, al coraje moral.

miércoles, 22 de octubre de 2025

Empobrecer lo público, enriquecer lo privado

 

La derecha quiere destrozar todo lo público
La derecha quiere destrozar todo lo público

La penúltima ocurrencia de Feijóo es un IVA del 0% para autónomos que facturen menos de 85.000 €. Suena bien, pero huele a lo de siempre: menos ingresos públicos, más excusas para seguir destrozando el Estado del bienestar. El PP no busca aliviar al autónomo, sino justificar nuevos recortes. Su modelo es claro: hundir lo público para que florezca lo privado y sus defendidos hagan caja.
Está bien bajar los impuestos a las clases menos favorecidas, pero siempre que, como contrapartida, se les suba a los ricos y grandes empresas que, proporcionalmente pagan menos que ellas. Debemos entender de una vez que, detraer dinero público para dárselo a empresas privadas que persiguen un beneficio que repartir a sus directivos y accionistas–miles de millones en muchos casos–, solo hace que el dinero de nuestras pensiones, educación, sanidad e infraestructuras, vaya al bolsillo de unos pocos.
Feijóo nos quiere con seguros médicos, pensiones, colegios y universidades privadas. Pero ¿y si el sistema colapsa, como en 2008? ¿Quién rescata entonces al ciudadano de a pie? ¿El Estado al que han mermado su capacidad recaudatoria? ¿Tendrán que mendigar los pensionistas en las puertas de las iglesias? No nos dejemos engañar: su plan para España es un traspaso masivo de dinero público al bolsillo de empresas privadas y fondos buitres. Y eso sí que es un abuso que incrementa la brecha social.

domingo, 19 de octubre de 2025

Cree el ladrón que…

Miguel Ángel Rodríguez, un sinvergüenza y vividor en la corte de Ayuso
Miguel Ángel Rodríguez, un sinvergüenza y vividor en la corte de Ayuso

 Miguel Ángel Rodríguez, jefe del Gabinete de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, mano derecha de Ayuso, ha tenido que reconocer ante un juez que mintió deliberadamente al acusar al fiscal general del Estado de recibir «órdenes de arriba» para atacar a su jefa retirando el pacto alcanzado entre el novio de Ayuso e inspección de Hacienda. Esta defensa es grotesca; y, sin rubor, la argumentó así: «llevo muchos años en este ámbito y puedo intuir, colegir, adivinar qué está pasando en el mundo político, sobre todo con un órgano tan respetable como el ministerio fiscal, que está jerarquizado y colegiado».
Será, claro, por el profundo conocimiento que tiene de los ámbitos políticos que ha frecuentado toda su vida: esos en los que el cinismo y el trapicheo mafioso son norma, y donde la mentira no solo es tolerada, sino elevada a virtud estratégica. Desde el 11-M hasta la DANA, pasando por el cribado de mamografías, la derecha que representa ha hecho de la manipulación una herramienta política esencial para mantener o lograr el poder. Lo de Rodríguez no es intuición, es mentir. Y su declaración ante el juez no es más que la confesión sin pudor de una forma de hacer política basada en la impunidad, el abuso de poder y el más profundo desprecio a los ciudadanos.
Aunque, bien mirado, quizá no tenga tanta culpa. Tal vez simplemente ignora que existen otros mundos —lejanos del suyo— donde rigen la ética, el rigor y la responsabilidad pública.
Porque, como bien dice el refrán: cree el ladrón que todos son de su condición.

jueves, 16 de octubre de 2025

Señor Peinado: ¿también me demandará?

Una gran parte de la judicatura continúa anclada en el franquismo
Una gran parte de la judicatura continúa anclada en el franquismo

 Parece que para el juez Peinado la crítica es un delito. En lugar de garantizar derechos, abre querellas a periodistas, políticos y ciudadanos que se atreven a cuestionar su más que polémicas instrucciones. ¿No es grave que la Audiencia de Madrid le haya corregido más de una decena de veces por imputaciones sin base, registros injustificados o actuaciones desproporcionadas? ¿No es grave que el Supremo haya tumbado su intento de imputar al ministro Bolaños por un informe incompleto?
Peinado no ha rendido cuentas disciplinarias más allá de correcciones procesales y sigue en su puesto, sin sanción notable. Eso demuestra que el sistema tiene fallos estructurales: decisiones judiciales escabrosas, correcciones posteriores, pero ninguna consecuencia real a quien las produce. ¿No es grave el tiempo y dinero público perdido en estas chapuzas? Si estuviera en una empresa privada, le pondrían en la calle.
Peinado ha admitido denuncias sin pruebas, con recortes de prensa derechista como único sustento para iniciar una investigación general y prospectiva –práctica ilegal en el ámbito penal–, mientras tiene “olvidos procesales” que benefician a la derecha. Y, entretanto, se querella contra quien opine. ¿Esto es justicia o activismo togado?
¿Se le puede criticar? Por supuesto. Porque, en democracia, los jueces también deben responder ante la opinión pública cuando su independencia parece mezclarse con ideología que utiliza la justicia como arma mediática; por avanzar investigaciones sin soporte; por tolerar imputaciones irregulares; por prorrogar una y otra vez instrucciones, por ignorar dictámenes de instancias superiores. Lo que algunos jurisconsultos comentan, y lo que yo digo, es menos grave que lo que su historial procesal revela. Se asemeja a un abuso sistemático de una potestad que debería ser moderada, con responsabilidad.

domingo, 12 de octubre de 2025

Garamendi alimenta los bulos

 

Los bulos del señor Garamendi son un peligro para la paz social
Los bulos del señor Garamendi son un peligro para la paz social

En una entrevista en el programa “Espejo Público” de Antena 3, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, frente a las críticas de Yolanda Díaz sobre su sueldo y jornada por censurar la reducción de jornada, no encontró mejor defensa que propagar temerarias falsedades en un bulo grosero y sin base alguna cruzando una línea inaceptable: «Los altos cargos, vicepresidentes del Gobierno, van a tener un coche hasta que se mueran, con un chófer.» Hizo una pequeña pausa y, con retorcida perversidad, lanzó una pregunta retórica: «¿Eso quién lo paga? Todos. Eso lo pagamos todos y no pasa nada». Ni la periodista al frente del programa, ni nadie del mencionado medio conservador corrigió esa mentira flagrante, lo que agrava aún más el daño.
Es intolerable que alguien con su responsabilidad social difunda bulos que sólo buscan crispar, alimentar el cinismo y debilitar la confianza ciudadana en las instituciones. No solo mintió, sino que lo hizo con plena conciencia de que sus palabras circularían veloz y sin filtro entre quienes buscan justificar su rechazo visceral al Gobierno. Garamendi sabe que solo tendrán chófer y coche hasta que cesen en el cargo. No está defendiendo al empresariado: está utilizando su relevante puesto como altavoz de propaganda para enfrentar a los españoles. Y eso lo deslegitima moralmente como interlocutor público.

miércoles, 8 de octubre de 2025

Feijóo totalmente desquiciado

 

El PP de Feijóo sigue cayendo en la trampa que le teje VOX
El PP de Feijóo sigue cayendo en la trampa que le teje VOX

Hace unos días, en un acto del Partido Popular Europeo celebrado en Barcelona, Feijóo soltó, sin rubor y dejando atónito al auditorio, que «Europa ha despertado. Ha salido de la cárcel ideológica de una izquierda que le vendía que era bueno empobrecerse y que era buena la democracia más que la prosperidad».
¿Cómo puede sostener eso? ¿Qué clase de disparate es contraponer democracia y prosperidad, como si fueran incompatibles? ¿La prosperidad de quién? ¿De los ricos? ¿Quién en su sano juicio insinúa que el bienestar económico debe prevalecer sobre los valores democráticos? Señor Feijóo: sin democracia no hay prosperidad que valga.
Hace tiempo que Feijóo cruzó una línea peligrosa. Su más que evidente deriva ultraderechista es, además de un retorno sin rodeos a la génesis del PP, una amenaza directa al marco democrático. Lejos de marcar distancias con la derecha extrema, la emula con entusiasmo, compitiendo con VOX en un terreno donde solo puede perder porque VOX siempre envidará más y en el que solo crecen el odio, el autoritarismo y la mentira.
Definitivamente ha perdido el norte, arrojando al PP a una senda sin rumbo, sin proyecto, y sin alma. En su ciega necedad por su obsesión al poder, renuncia a cualquier atisbo de responsabilidad institucional, abandona la derecha democrática y abraza un populismo rancio, peligroso y profundamente reaccionario. Feijóo ya no disimula: ansia el poder aun a costa de dinamitar los cimientos de la misma democracia.

lunes, 6 de octubre de 2025

La insensibilidad de la derecha

 

La derecha cada vez más insensible
La derecha cada vez más insensible

Una vez más, la derecha muestra su insensibilidad y su absoluta incapacidad de sentir empatía. Son incapaces de conmoverse porque no saben ponerse en el lugar del otro ni sienten el dolor ajeno. Los hechos hablan por sí solos: residencias durante la pandemia, con su cruel «se iban a morir igual»; el 11-M, mintiendo a las familias de las víctimas y a toda España; el metro de Valencia, con pruebas desaparecidas y desprecio a las víctimas; el Madrid Arena, donde intentaron justificar lo injustificable; el Yak-42, con víctimas mal identificadas y medallas a los responsables; el vilipendio a los familiares de los asesinados durante la Guerra Civil acusándolos de que «solo buscan subvenciones»; el desastre del Prestige, con sus «hilillos de plastilina» cuando el mar se cubría con el manto negro de la muerte; la DANA, con ninguneo a la víctimas y excusas absurdas y manipulación de la realidad para encubrir su negligencia; la pésima gestión de las mamografías en Andalucía tratando a las afectadas de «alarmistas»; y ahora, el genocidio palestino que niegan o ridiculizan mientras se chotean con infame cinismo. Si hubieran estado en la II Guerra Mundial, habrían esperado al juicio de Núremberg para hablar de genocidio. Incluso llegaron a poner el foco en las víctimas de violaciones con campañas como «vigilen su copa por si las drogan» y Ayuso llamando «malcriadas y borrachas» a las mujeres que aspiran a volver solas a casa de noche sin verse amenazadas.
Con esta absoluta carencia de sensibilidad, ¿alguien duda de la superioridad ética y moral de la izquierda al situarse en el lado correcto de la historia?
Y con VOX, lo mismo. Así se explica que unos y otros gocen de los toros y de la caza.

jueves, 2 de octubre de 2025

Penalizar las falsedades

 

Las maquinaciones corren como la pólvora y jamás se terminan de desmontar
Las maquinaciones corren como la pólvora y jamás se terminan de desmontar

La mentira circula con infinita rapidez, fluidez y descaro. La verdad, no. Las redes sociales, algunos medios y también las instituciones patrimonializadas por la derecha se han convertido, a menudo, en canales para difundir falsedades meticulosamente diseñadas. Y así muchas personas no logran distinguir lo verdadero de lo falso.
Detrás de estos engaños hay intereses: políticos para manipular, doblegar las urnas, sembrar confusión y odio y particulares que buscan lucrarse a cualquier precio. En todos los casos, las consecuencias no son menores. Una mentira arruina reputaciones, polariza la sociedad, erosiona la confianza pública, da un vuelco electoral y pone en riesgo incluso la salud o la seguridad de las personas; y jamás se desmonta del todo.
Ante esta realidad, cabe una pregunta incómoda pero necesaria: ¿hasta qué punto debemos tolerar la impunidad de quienes mienten meditada y deliberadamente para obtener ventaja o hacer daño? Sin duda la libertad de expresión es un pilar fundamental de nuestras democracias, sí. Pero la libertad de mentir sin consecuencias nunca debería serlo.
Es el momento de abrir un debate serio –sé que con el PP es una quimera, pues es de los que más tergiversan– sobre la necesidad de establecer límites legales a la difusión intencionada de falsedades lesivas. No se trata de censurar opiniones ni de castigar errores inocentes, sino de enfrentar con firmeza la desinformación que se propaga veloz con cálculo, con malicia y con un objetivo claro: manipular, destruir o hacer caja.
Porque si dejamos que la mentira se convierta en norma, será la verdad —y con ella la convivencia, la justicia y la democracia— la que pague el precio.
Costó demasiado conquistar la libertad democrática para dejar que la escupan a la cara conspiradores y mentirosos.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Necesitamos una nueva ONU

 

Con las reglas actuales, la ONU no funciona
Con las reglas actuales, la ONU no funciona

Como considero la ONU el último bastión de la diplomacia internacional, un refugio donde los países pueden discutir, colaborar y evitar la guerra, siempre la apoyé con firmeza. Pero la realidad –los recientes vetos de Estados Unidos en contra de resoluciones que habían recibido el apoyo de todos los miembros permanentes y no permanentes contra el genocidio que perpetra Israel y el insensato y fatuo discurso de Trump– me ha llenado de amargura al evidenciar que, la ONU, en su formato actual, no funciona. Lo que se instituyó como promesa de paz y cooperación para evitar la barbarie –sigo creyendo en su viabilidad–, se ha convertido en una herramienta impotente, secuestrada por los intereses de los países con derecho de veto. Esos países, que ante todo tienen la última palabra, son los mismos que constantemente bloquean cualquier intento de reforma real. Han pasado casi 80 años desde su creación y el mundo ha cambiado drásticamente. Ya no es suficiente una estructura que favorezca el statu quo de unos pocos. Los que realmente comprenden la necesidad de un cambio deben unirse y redactar una nueva Carta que corrija los abusos, presentarla ante la Asamblea General y, si por el veto de los de siempre no sale adelante, fundar una nueva organización internacional, libre de los obstáculos del veto y demás lastres, con un propósito claro: resolver los problemas globales de manera eficaz. Y establecer la nueva sede fuera de EE.UU. para que no pueda prohibir la entrada a delegaciones infringiendo la propia Carta.
Si la ONU no está dispuesta a renovarse, la alternativa será inevitable: un nuevo organismo ha de surgir. De lo contrario, este mundo se desmoronará bajo la inacción de una institución obsoleta. El futuro y la paz no pueden esperar.

jueves, 25 de septiembre de 2025

El gen necio XVIII

 

El incremento del gen necio, no deja de sorprender
El incremento del gen necio, no deja de sorprender

El virus de la desinformación se propaga cual plaga sin escrúpulos, y así el gen necio se expande y multiplica por el mundo.

–Si los egipcios construyeron las pirámides, ¿por qué ningún obrero dejó una inscripción diciendo “yo erigí esto”? ¿Eh?
–Bueno... ¿sabes que la mayoría del pueblo era analfabeto? Aun así, hay grafitis de trabajadores en algunas cámaras interiores. Se han hallado inscripciones como “los amigos de Khufu” o “los borrachos de Menkaura”, que eran equipos de obreros.
–Pero es imposible que moviesen millones de bloques de caliza de 1,5 toneladas sin ayuda de extraterrestres y sus rayos tractores.
–Existen registros de canteras, rampas, herramientas de cobre, y años de construcción documentada. No necesitamos a extraterrestres para explicar su construcción, solo trabajadores bien alimentados.
–¿Y qué me dices de las alineaciones perfectas con Orión, eh? ¿Acaso los egipcios tenían telescopios como la NASA?
–No, pero tenían ojos y siglos de observación estelar. Y, aunque la alineación no es exacta, sí es lo suficientemente precisa como para sugerir una relación intencionada. Seguramente fuera una forma simbólica de conectar a los faraones con los dioses. La constelación de Orión era la representación celestial de Osiris, quien, en su rol como dios de la resurrección, guiaría a los faraones hacia la vida eterna. Deja de forzar tu teoría para que se ajuste a todo lo que huela a ovnis.
–¡Ahá! ¡Lo admites! ¡Hay ovnis! Todo encaja…

Lo dicho: el gen necio.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Con la derecha sus impuestos van a los ricos

 

El objetivo de la derecha, la ultra (PP) y la extrema (Vox): hacer a los ricos más ricos y agrandar la brecha social
El objetivo de la derecha, la ultra (PP) y la extrema (Vox): hacer a los ricos más ricos y agrandar la brecha social

En seis años, el Gobierno central ha transferido 130.000 millones de euros a la Comunidad de Madrid. 43.000 millones más que en los 7 años de Rajoy. Sin embargo, el gobierno regional del PP ha destinado a servicios públicos solo 58.000 millones, mientras que los otros 72.000 millones fueron a parar a manos de empresas privadas y a bajar impuestos a los más ricos. Es la política destructiva que perpetúa la desigualdad y el desmantelamiento de lo público de la derecha.
Madrid, gracias a su capitalidad es la comunidad más rica de España, pero ostenta el vergonzoso título de ser la que menos invierte en sanidad y educación públicas por habitante y año. No es imprevisión, es el desmantelamiento meticuloso de lo público para hacerlo inoperante y arrojar a los ciudadanos a un sistema privado con chantaje implícito: “o pagas, o esto es lo que hay”. La capital tiene el mayor porcentaje de población con seguro médico privado: un 38 %, 14 puntos por encima de la media nacional y en educación se abren tres veces más aulas concertadas que públicas, porque la pública está infrafinanciada, con ratios insoportables que dañan la calidad educativa. Por eso, el negocio de las universidades y colegios privados florecen como en el edén.
Resulta muy preocupante que esta política, que favorece el negocio privado y perpetúa la desigualdad, reciba el apoyo electoral precisamente de quienes más sufren sus consecuencias. La próxima vez que pague impuestos en Madrid o en cualquier otra comunidad gobernada por la derecha, recuerde: una gran parte de su dinero acabará en las cuentas de los ricos.

martes, 16 de septiembre de 2025

Vuelta a España: estaba cantado

 

Es vomitivo el genocidio que perpetra Israel cada día
Es vomitivo el genocidio que perpetra Israel cada día

¿Qué hace un equipo israelí, financiado por un oligarca amigo personal de Netanyahu y por el Estado que arrasa y extermina a la población de Gaza, con más de 65.000 mil víctimas civiles, incluidos niños, mujeres, periodistas y personal humanitario y señalado por múltiples organismos internacionales de crímenes de guerra, en la Vuelta Ciclista a España? No es deporte lo que hace, sino propaganda para blanquear un régimen genocida acusado de crímenes de guerra por Amnistía Internacional, que en su informe de 2022 ya señalaba un sistema de apartheid estructural contra el pueblo palestino.
Por eso estaba cantado que la gente con dignidad no permitiría esta ignominia a la puerta de su casa. Resulta insoportable que Dirección de Carrera, la Unión Ciclista Internacional y los equipos rivales hayan creído que no habría consecuencias. Ninguno tuvo el coraje moral de exigir su expulsión desde el primer momento.
Ojalá lo sucedido sea la mecha que marque un antes y un después, como ocurrió con el apartheid sudafricano o la invasión rusa de Ucrania: Israel ha de ser excluido de todos los eventos deportivos, culturales e institucionales mientras continúe perpetrando crímenes de lesa humanidad con total impunidad y hasta que Netanyahu sea sentado ante Corte Penal Internacional. Es obsceno el silencio cómplice de gobiernos y organismos internacionales ante la barbarie.
Una vez más, la ciudadanía actúa cuando las instituciones claudican o callan.
Una vez más, me hincha de orgullo la decencia de quienes se rebelan contra el crimen y la continua violación de los derechos humanos y el derecho internacional.
Y, una vez más, siento absoluto desprecio a quienes lo justifican o se indignan por una protesta que tildan de violenta. Perico Delgado, háztelo mirar porque si sentarse en el Paseo del Prado es violencia, ¿cómo califican los continuos crímenes de Israel?

domingo, 14 de septiembre de 2025

El muro insalvable de las noticias falsas

 

El fascismo, con sus mentiras y odios, llevan el mundo al desastre
El fascismo, con sus mentiras y odios, llevan el mundo al desastre

Reconozco que cuando debato con alguien cuyos argumentos se basan en mentiras, me desarma. Pero no por falta de razones y datos para rebatirlos. Me descoloca constatar, con tristeza y asombro, que vivimos en realidades paralelas, tan distintas y distantes que un muro invisible pero infranqueable se alza entre nosotros. Y así, el diálogo se torna estéril.
Ese muro no es de ladrillos y cemento, sino erigido en la desinformación, en titulares manipulados, en emociones exacerbadas… cimentado sobre el odio y la peligrosa facilidad y velocidad con que se comparten falsedades en las redes sociales. Y lo más alarmante es el rechazo sistemático a todo lo que no encaje en una visión preestablecida de su mundo.
A lo largo de mi vida, incluso en los debates más encendidos, siempre hubo espacio para la razón, para el contraste de ideas, para el intercambio sincero. Podías estar en desacuerdo con alguien, pero, aun así, existía un compromiso común: el respeto por los hechos, las fuentes fiables y el pensamiento crítico. El diálogo era posible. La escucha, también. Podías convencer o ser convencido.
Pero desde que las redes sociales se convirtieron en el medio principal —y en algunos casos único— de información para muchas personas, todo cambió. La rapidez sustituyó a la reflexión; la viralidad, a la veracidad; la inteligencia, a la estupidez. Y en ese entorno, la mentira se disfraza de verdad con turbadora facilidad. Ahora, como diría Unamuno, solo quieren vencer.
Lo peor no es que haya personas que se equivoquen o que crean en una información falsa. Eso siempre ha sucedido. Lo verdaderamente desolador es que, aun cuando se les presentan datos contrastados, hechos irrefutables, pruebas objetivas, se cierran en banda. No escuchan ni quieren escuchar. Porque admitir una mentira es, para muchos, arruinar el relato que han construido sobre sí mismos y sobre el mundo. Y ese vértigo es, para ellos, más insondable que la mentira misma.
Así, infundio a infundio, se va erigiendo ese muro que separa no solo opiniones, sino realidades. Una muralla que impide el encuentro, que impide el entendimiento, que impide llegar al otro, que nos fragmenta como sociedad y nos aleja como individuos.
Y, a pesar del desaliento, no dudo que la verdad —por incómoda o lenta que sea— tiene un valor irrenunciable. Porque sin ella, no hay diálogo posible. Y sin diálogo, no hay futuro compartido.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Von der Leyen deja en evidencia a Feijóo

 

Feijóo, un lobo con piel de cordero ignorante y cobarde
Feijóo, un lobo con piel de cordero ignorante y cobarde

Alberto Núñez Feijóo ha evitado, una y otra vez, condenar el genocidio cometido por Israel en Gaza, y su continua violación del derecho internacional. Lejos de alzar la voz, ha optado por el silencio cómplice o la justificación vergonzante, presa del miedo crónico a incomodar a Isabel Díaz Ayuso o perder votos frente a Vox. Esa cobardía política lo ha llevado a defender lo indefendible, alineándose con quienes prefieren mirar hacia otro lado mientras la comunidad internacional y la Corte Penal denuncian crímenes de guerra.
Pero ahora su jefa europea, Ursula von der Leyen, propone sanciones contra Israel ante la magnitud insoportable de la masacre. Y Feijóo queda expuesto: atrapado entre su tibieza moral y el giro de Bruselas.
¿Qué hará ahora? ¿Seguirá escondido en la ambigüedad, rehén de sus propias miserias internas, o tendrá el coraje —aunque sea tarde— de ponerse del lado de la dignidad y la justicia internacional? Su historial no invita al optimismo. Pero su cobardía, que es doctrina, seguramente le lleve a arrastrar los pies una vez más.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Ni un paso atrás: agotar la legislatura para frenar la involución

 

El PP ya no disimula
El PP ya no disimula

Agotar la legislatura no es solo una necesidad política, es una obligación moral. La alternativa reaccionaria representa un retroceso devastador para la democracia, los derechos sociales y la dignidad de millones de personas. Además, la derecha ha demostrado una preocupante falta de capacidad para gestionar situaciones complejas. Siempre fue incompetente.
El mal llamado “milagro económico” de Aznar fue un espejismo: entrada en el euro, ciclo económico internacional favorable, privatización salvaje del patrimonio nacional y el estallido de una burbuja inmobiliaria alimentada por una ley del suelo irresponsable. A eso se sumaron fondos europeos y bajos precios de materias primas. Un escenario excepcional que no tiene nada que ver con una gestión ejemplar, sino más bien con un saqueo del patrimonio.
Además, cuando les ha tocado gestionar crisis, su respuesta ha sido deficiente: desde la manipulación del 11-M, la catástrofe del Prestige, el escándalo del Yak-42, hasta los recortes de Rajoy y la pérdida de derechos laborales. A esto se suman tragedias como el Madrid Arena, la gestión de las residencias en la pandemia, la DANA valenciana o los recientes incendios. En todos estos casos, la derecha mostró su verdadera cara: desprecio a las víctimas, mentiras sistemáticas, cero rendir cuentas y una arrogancia criminal que jamás asumió responsabilidades. A día de hoy, seguimos esperando una sola disculpa. Jamás llegará, porque mejorar la vida de la gente nunca ha sido su objetivo. Su rechazo al sector público es notorio; su propósito es desgastar a la izquierda con el fin de alcanzar el poder, y una vez lo logran, buscan controlar las instituciones para perpetuar y ampliar las desigualdades sociales. Su enfoque es crear leyes que beneficien a los más poderosos.
No es ficción. Es su historial. Y es una amenaza real. Volverían los recortes, el bloqueo institucional, la precariedad y la propaganda. Volverían los insultos a los sindicatos, el negacionismo climático, la criminalización de la protesta y el retroceso de derechos de mujeres, migrantes y trabajadores.
Por eso, agotar la legislatura es una necesidad estratégica y una declaración de principios. Presentar unos presupuestos valientes, centrados en la justicia social, obligará a retratarse a quienes votan en contra de proteger a la mayoría. Será una herramienta para consolidar un proyecto de país que ha demostrado capacidad de gestión, voluntad de diálogo y compromiso con el futuro.
La derecha ha gobernado, y el resultado fue desolador. No lo olvidamos. Hoy, más que nunca, necesitamos resistencia, pero también ambición. No basta con frenar. Hay que avanzar.
Ni un paso atrás.

jueves, 4 de septiembre de 2025

Gaza: el genocidio que el mundo permite

 

Netanyahu, un criminal sin paliativos
Netanyahu, un criminal sin paliativos

Lo que ocurre en Gaza no es una “guerra”, es un genocidio. Más de 60.000 palestinos asesinados, la mayoría mujeres y niños. Hospitales bombardeados, periodistas ajusticiados, familias enteras borradas del mapa. ¿Hasta cuándo el eufemismo? Israel lleva a cabo una limpieza étnica con total impunidad, mientras las potencias occidentales lo avalan con armas, dinero, silencio y blanquean su imagen en acontecimientos deportivos o culturales. ¿Dónde está la ONU? ¿Dónde están los principios de humanidad? La comunidad internacional no solo falla, es cómplice. Se criminaliza a quienes denuncian, se castiga la solidaridad, se distorsiona la verdad. Gaza es un infecto matadero a cielo abierto, un territorio devastado y sitiado donde se experimenta con la muerte. Ya no es una cuestión política: es una cuestión moral. Netanyahu es un criminal. No se puede ser neutral. Callar es formar parte de la vileza. Cada vida palestina exterminada bajo la hambruna, las bombas y las balas cae también sobre la conciencia del mundo. Basta de hipocresía. Basta de mirar a otro lado. Se me revuelven las tripas al asistir a este crimen histórico que ni el tiempo podrá borrar. Es el nuevo Holocausto ejecutado, inconcebiblemente, por las víctimas del anterior.

lunes, 1 de septiembre de 2025

La derecha europea y la gran anomalía española

 

Aunque cambien de logo mil veces, continuarán siendo franquistas
Aunque cambien de logo mil veces, continuarán siendo franquistas

En Europa, la derecha democrática se forjó combatiendo al fascismo y asumiendo los valores de la libertad, la justicia social y el respeto a los derechos humanos. A ver si se enteran en Europa de que, por contra, la derecha española tiene un origen radicalmente opuesto: fue parida por el franquismo y se siente incómoda con la libertad, la justicia social y el respeto rotundo a los derechos humanos.
El Partido Popular es Alianza Popular, fundada por siete ministros de Franco, por eso evita condenar de forma tajante los crímenes de la dictadura. Su ADN político conserva los viejos dogmas despóticos del Movimiento Nacional: la unidad indivisible de la patria, el orden público impuesto cimentado en la represión y una moral reaccionaria que machaca a las minorías. No es casualidad que el PP rechace la Ley de Memoria Democrática, desprecie la pluralidad, hable de terrorismo incendiario, pretenda deportar a migrantes y se muestre incómodo ante cualquier avance en derechos civiles. Hace tiempo disimulaba. Ahora, no. Su deriva, abrazando sin pudor los discursos de Vox, no es una anomalía sino una vuelta a casa. El PP, en vez de aislar a la ultraderecha como en Europa, la integra y la legitima. Esta complicidad diligente no solo alimenta la crispación, sino que lo atrapa en una espiral de confrontación política y cultural que impide a España tener una derecha civilizada homologable a la europea y el avance hacia una democracia plena. Y lo que es aún peor: nos acerca peligrosamente hacia un siniestro y oscuro pasado.

martes, 26 de agosto de 2025

Ecos de un tiempo pretérito

En España el fascismo avanza de mano de PP y Vox
En España el fascismo avanza de mano de PP y Vox

En el filo de la historia, como si esta tuviera memoria y voluntad propia, se esbozan extrañas simetrías. Hoy, cual viejo disco rayado con el mundo girando desconfiado y crispado por crisis múltiples, desigualdades crecientes y un hartazgo generalizado hacia ciertas élites, los ecos del periodo de entreguerras vuelven a hacerse audibles.
Entonces, tras la Gran Guerra, el mundo estaba descompuesto. Europa era un continente lleno de dolor, devastado, ruinas y promesas rotas. Las democracias liberales, recién implantadas en muchos países, se tambaleaban frente al empuje de fuerzas que prometían orden, orgullo nacional y unidad frente al caos. Alemania, humillada y empobrecida, fue el crisol del resentimiento, y en sus calles floreció el fascismo como reacción brutal al miedo y la incertidumbre.
Hoy, aunque de momento no hay trincheras generalizadas hay otras heridas. Las crisis económicas —la de 2008, la pandemia, la inflación, el desempleo— han dejado huellas profundas. En muchas naciones, el ciudadano común se siente traicionado, ignorado por políticos tecnócratas y desplazado por una globalización que no reparte sus frutos equitativamente. De este modo, como en los años 30, la frustración vuelve a ser el caldo de cultivo perfecto para los discursos del odio.
Los nuevos fascismos no marchan con uniformes, pero sí con banderas. Tienen canales en redes sociales en lugar de emisoras de radio, pero gritan lo mismo: que la culpa la tienen los otros, los diferentes, los débiles, los de fuera. Como entonces, el lenguaje se vuelve tan agresivo que debilita las instituciones. El ciudadano temeroso acepta que se cuestionen las elecciones, se normalicen las mentiras y se desprecie la prensa libre.
También ahora, como entonces, hay un vacío emocional. En los años de entreguerras, el sentimiento de comunidad estaba roto, y surgieron líderes carismáticos que prometían devolver la dignidad y la grandeza perdidas. Hoy, vemos un fenómeno similar: figuras autoritarias, populistas, que ofrecen soluciones simples a problemas complejos, que dicen lo que “nadie se atreve a decir”, y que excitan nuestro cerebro reptiliano.
Y al igual que entonces, el mundo está revuelto. La guerra en Ucrania, el genocidio en Oriente Medio, las pugnas entre potencias, la crisis climática —todo parece sacudir un orden mundial que cruje como un edificio con cimientos decrépitos. El multilateralismo se erosiona, las alianzas se tambalean, y el miedo vuelve a dictar las decisiones.
Pero no todo está perdido. La historia también enseña que el fascismo fue derrotado, y que de sus cenizas surgieron acuerdos y estructuras que, con todos sus fallos, evitaron otra catástrofe global durante décadas. Tal vez el verdadero reto sea reconocer las señales a tiempo para escribir un final distinto.
El mundo de hoy se parece al de ayer, sí. Pero, con sentido común, aún podríamos estar a tiempo de escribir otro final. Y, aunque realmente no lo creo, es lo que espero.

miércoles, 30 de julio de 2025

Mujeres en el poder: un mundo mejor

 

Las mujeres harían de este mundo uno mejor
Las mujeres harían de este mundo uno mejor

Durante siglos, el poder ha sido mayoritariamente masculino. Las consecuencias son visibles: corrupción sistémica, conflictos armados persistentes y estructuras políticas que privilegian a las élites por encima del bienestar común. Hoy, en un mundo que clama por líderes éticos, transparentes y comprometidos con la justicia social y la paz, surge una verdad avalada por datos y estudios: la participación de mujeres en política reduce significativamente los niveles de corrupción y conflictos.
Varias investigaciones internacionales revelan que donde hay mayor presencia femenina en cargos públicos, los índices de corrupción tienden a disminuir. Y no es casual. Las mujeres, en general, son menos proclives a asumir riesgos innecesarios, rechazan la violencia como mecanismo de poder y privilegian soluciones dialogadas. Además, el haber sido históricamente excluidas de las esferas de decisión, las ha dotado de una perspectiva distinta: luchan por un sistema más justo, transparente e inclusivo, con reglas claras que protejan a todos, especialmente a los más vulnerables.
A diferencia de las estructuras jerárquicas donde priman la competencia y la imposición, el liderazgo femenino suele ser más colaborativo, empático y orientado al trabajo en equipo. Esta forma de gobernar favorece la rendición de cuentas, la gestión ética de los recursos públicos y una relación más cercana entre autoridades y ciudadanía. Es decir, transparencia. Así que, cuando las mujeres gobiernan, hay menos espacio para el clientelismo, el abuso de poder y el desvío de fondos.
No pretendo idealizar ni decir que todas las mujeres son incorruptibles o pacíficas, sino de reconocer la realidad: cuando ellas acceden a posiciones de poder, lo hacen desde una lógica transformadora que cuestiona el viejo orden político. Las mujeres no solo llegan al poder, lo redefinen.
En un momento en que la desconfianza hacia la clase política avanza en todo el mundo, abrir paso a más mujeres en los gobiernos no es solo una cuestión de equidad de género, sino una necesidad urgente para reconstruir la ética pública, devolver legitimidad a las instituciones y pacificar el mundo.
En general, más mujeres en el poder es igual a menos corrupción, más justicia, más bienestar colectivo y más paz. Apostar por ellas es apostar por un futuro más limpio, más humano y más democrático.

domingo, 27 de julio de 2025

La perversión del lenguaje

 

La derecha sabe muy bien cómo prostituir todo: hasta el lenguaje
La derecha sabe muy bien cómo prostituir todo: hasta el lenguaje

Los regímenes autoritarios saben del poder del lenguaje y que su manipulación moldea la realidad, desvirtúa conceptos y vacía de contenido las ideas que se oponen a sus intereses. Y, de mano de PP y Vox, vemos la endiablada alteración del lenguaje con el fin de transformar las verdades en mentiras y, lo que es peor, reescribir la historia en beneficio propio.
La perversión del lenguaje no es trivial ni puede considerarse mera disputa semántica. La historia enseña que los regímenes autoritarios y fascistas se han valido del lenguaje para instaurar un clima de confusión, desinformación y, en última instancia, opresión. La mejor representación de cómo una dictadura puede reducir y controlar el pensamiento humano a través del control de las palabras, es la “neolengua” en la novela 1984 de Orwell. Un concepto con una carga de significado profundo y trascendente, se reduce a una etiqueta vacía, desprovista de su esencia. En ese contexto, la palabra libertad se convierte en sinónimo de represión, y los discursos se transforman en justificación de la tiranía.
Cuando PP y Vox usan los términos de “libertad”, “dictadura” o “tiranía”, se percibe la manipulación. La libertad, que en su concepto más puro y democrático implica autonomía, justicia e igualdad, es secuestrada por estos partidos y transformada en un término vacío, utilizado para legitimar políticas regresivas, discriminatorias y autoritarias. La “libertad” que promueven es una falacia que se sirve de la ignorancia y de la desinformación para avanzar en su agenda de asalto al poder.
Alarma ver cómo, con la excusa de “defender la libertad”, se atacan derechos fundamentales como los de las mujeres, la comunidad LGTBI+ o los inmigrantes, bajo el falso discurso de que las políticas de igualdad son una “dictadura del pensamiento”. Lo que antes era un esfuerzo por lograr una sociedad justa y equitativa, hoy se presenta como una amenaza a la “libertad” que ellos mismos –legatarios de la dictadura franquista– dicen defender. Pero esta “libertad” que invocan está lejos de ser libertad real. Es una máscara que oculta opresión, discriminación, miedo y añoranza a tiempos pretéritos.
Tampoco podemos obviar cómo el término “dictadura” es diluido y retorcido. En lugar de ser una denuncia a la intolerancia y el abuso de poder, se utiliza como una etiqueta para descalificar a quienes se oponen a sus políticas. Vox y el PP nos intentan convencer de que las voces democráticas, las que defienden los derechos humanos y las libertades fundamentales, son las verdaderas dictaduras, mientras que sus propios métodos de control, censura y acoso se presentan como medidas legítimas para “proteger la democracia”. Se manifiestan diciendo que esto es una dictadura, envueltos en banderas de una dictadura despiadada y real. Es un juego de espejos que desarma el sentido común.
Al prostituir el lenguaje ponen en peligro el futuro de la sociedad. Y si dejamos que sigan alterando el significado de nuestras palabras, si no nos enfrentamos a esta manipulación, nos encontraremos viviendo en una sociedad donde las mentiras se convierten en verdades y las verdades en delirio.
PP y Vox pervierten las palabras que han dado forma a nuestra historia y que son el pilar de nuestros derechos. Si no reaccionamos las consecuencias pueden ser irreversibles. La historia nos enseña que los regímenes que distorsionan el lenguaje terminan por destruir lo que queda de libertad y democracia. Si no afrontamos esta distorsión, perderemos la esencia misma de lo que significa ser libres.
Es hora de dejar de jugar con las palabras y empezar a defender el verdadero significado de la libertad. Para ello, necesitamos claridad, consciencia y coraje. Pero lo más importante es que todos comprendamos lo que Tony Judt nos enseñó: que el control sobre el lenguaje es un control sobre la realidad misma.
No nos dejemos engañar. La lucha por la democracia comienza con la resistencia frente al discurso manipulado. Es hora de actuar con claridad, conciencia y valentía.

miércoles, 23 de julio de 2025

Infancia de vacaciones

 

Motivo del buscador Google para celebrar el Día de la Infancia en 2019
Motivo del buscador Google para celebrar el Día de la Infancia en 2019

Un derecho fundamental de la infancia es recibir cuidado y atención por parte de sus padres. Sin embargo, cuando llega el verano, muchas familias se enfrentan a un serio problema: los niños tienen casi tres meses de vacaciones, además de dos semanas y media en Navidad y una más a mitad de curso. Los padres, en cambio, apenas disponen de un mes de descanso al año. ¿Qué ocurre entonces con ese derecho de los niños?
Unos recurrirán a la familia, otros a las amistades y los que tienen posibles, pagarán campamentos que rondarán los 200 euros por semana. En muchos casos, la calidad no justifica lo pagado: la alimentación no siempre es saludable, las ratios son elevadas y las actividades prometidas no se cumplen del todo.
Lo más preocupante es que como sociedad hemos normalizado esta situación, vulnerando un derecho básico sin mayor debate. Hay que avanzar y la conciliación no puede seguir siendo una carga individual. Se necesitan medidas estructurales: horarios laborales racionales, permisos parentales ampliados, teletrabajo efectivo y una red pública de actividades estivales accesibles, inclusivas y de calidad.
Cuidar a la infancia no es solo un derecho, también es una responsabilidad de toda la sociedad. Son el futuro.

domingo, 20 de julio de 2025

Hacienda patriótica

 

PP y Vox siempre besan el culo a los ricos
PP y Vox siempre besan el culo a los ricos

PP y Vox, cada vez que tocan el poder, amparan a los poderosos: legislan para una minoría privilegiada mientras castigan al resto. Mientras Rajoy en el Consejo de Ministros recortaba el estado de bienestar, la Hacienda dirigida por Cristóbal Montoro, presuntamente se convertía en un lobby para beneficiar a grandes corporaciones. Este caso de corrupción premium, gravísimo y sin parangón, sería otro capítulo del extenso libro de tropelías del PP: hacer leyes a medida desde el Gobierno para desviar miles de millones del bolsillo de los contribuyentes hacia grandes corporaciones. Ese dinero, que debería haberse destinado a sanidad, educación o dependencia, acabó en manos de oligarcas que jamás pagan las consecuencias.
El PP no gobierna: saquea. Sus recortes siempre se ceban con los más vulnerables, mientras sus amnistías fiscales y sus leyes tramposas protegen a poderosos y corruptos. Y todavía tienen la desfachatez de hablar de “corrupción” y “patriotismo”. ¿Defender España? No, solo defienden a los poderosos.
El PP es una maquinaria perfectamente engrasada para saquear lo público, disfrazada de partido político. Una organización criminal, como bien recoge una sentencia. Cada vez que gobiernan, la riqueza fluye hacia arriba y la miseria hacia abajo. No es casualidad. Es su modelo de país. Uno donde siempre mandan los poderosos y el resto paga.
¿Mafia o democracia? ¿Y tú me lo preguntas? Mafia… eres tú.

jueves, 17 de julio de 2025

Igualdad ciudadana

 

Feijóo miente más que habla
Feijóo miente más que habla

Sostiene Feijóo que «la igualdad de los ciudadanos en el acceso a los servicios públicos no puede depender del código postal». Coincido, pero es un discurso tramposo porque el PP y sus aliados solo miran los intereses de los ricos. Madrid, la comunidad más adinerada de España, también es la que menos invierte en sanidad por habitante, con un sistema colapsado que arroja a más del 38% de la población al negocio de la sanidad privada, 14 puntos por encima de la media. ¿Eso es igualdad?
Y, en educación, lo mismo. Madrid lidera el ranking de comunidades que menos invierten por estudiante, con unas ratios por profesor insoportables. Mientras tanto, el Gobierno de Ayuso abre tres veces más aulas concertadas que públicas, lo que significa más dinero público destinado a financiar colegios privados. Si los 1.500 millones de euros anuales que se destinan a la concertada se invirtieran en la pública, Madrid tendría un sistema educativo de calidad para todos, no solo para los que pueden permitírselo. ¿Eso es igualdad?
Señor Feijóo: Piense antes de hablar. Los que habitamos en códigos postales que comienzan por 28, sufrimos un sistema público quemado por pura ideología ultraliberal del PP, que recorta en servicios esenciales para bajar impuestos a los ricos y fomentar el negocio privado. Y usted, con su doble vara de medir, no hace más que esconder esta realidad. Los intereses de los más poderosos están por encima de la igualdad y la justicia social, y eso no se soluciona con discursos de tahúr.

lunes, 14 de julio de 2025

Llorar es humano

 

Llorar por tristeza o alegría es de valientes
Llorar por tristeza o alegría es de valientes

De pequeño, las niñeras que tuvimos me formaron en la creencia de que «los hombres no lloran» y crecí convencido de que el llanto debilitaba. Pero ahora, al ver a mi hija educar a mi nieta, me doy cuenta de lo necesario que es soltar esas lágrimas que no he dejado brotar en más de seis décadas. Mi hija, al igual que mi nieta, no temen expresar sus emociones a través del llanto. Ambas me enseñan con sus actos, que debo liberarme, ser valiente y permitir que las emociones fluyan; porque el llorar, como el amor, es parte esencial de la vida y nada de lo que avergonzarse, sino una manera de ser más auténticos. Cuando su hija llora, ella la acompaña y no la juzga, sabiendo que ese llanto es su forma de liberar lo que siente. 
Y, a pesar de lo que opinen los machirulos, llorar es una necesidad emocional vital, tan necesaria como respirar, tiene efecto calmante y alivia el estrés. Se puede llorar como reacción a la tristeza o como expresión de alegría.
Yo, sensible y empático, racionalmente lo comprendo, pero no lo logro, aunque lo necesite. Lo cincelado en mi cerebro infantil, me bloquea y, si alguna vez lloro es un instante. No me desahogo. Ahora, gracias a mi hija y nieta trato de reconstruirme y asimilar que llorar no es un signo de debilidad, sino de valentía y que reprimirlo puede generar sufrimiento emocional que puede llevar a la depresión.
A partir de ahora, si ves a alguien llorar, basta de decir aquello de «no llores». Dile en cambio: «Llora cuanto necesites, te vendrá bien. Aquí tienes mi hombro. Siempre estaré contigo».

viernes, 11 de julio de 2025

¡Envido más!

 

Es casi imposible diferenciar al PP de Vox
Es casi imposible diferenciar al PP de Vox

Feijóo, en su congreso de deriva reaccionaria, calca el discurso xenófobo de Vox y promete que si gobiernan «vamos a reducir la inmigración ilegal». Este gran estratega ignora que si te pones a la altura de Vox, Vox, fiel al manual de Trump y Le Pen, sube la apuesta. Por eso Rocío de Meer envida más y proclama sin tapujos deportar a ocho millones de seres humanos en un «proceso extraordinariamente complejo de remigración» para mantener su versión rancia y excluyente de la «identidad española». Incluso plantea negar la nacionalidad a niños nacidos aquí si sus padres son extranjeros. Lo dice, por cierto, alguien con apellido holandés que, aplicando su propio delirio, no sería considerada española.
Pero lo verdaderamente grave es la claudicación moral del PP, que ha dejado de ser la derecha para convertirse en la muleta blanqueadora de la derecha extrema. ¿Qué esperaba el PP al competir en odio con Vox? ¿Que los ultras le cedieran el protagonismo? Es ingenuidad e irresponsabilidad, porque si juegas con ideas reaccionarias, te quemas. ¿Qué hará ahora Feijóo? ¿Seguir hundiéndose en el fango fascista?
La historia es clara: por el mismo precio, entre el original y la copia, el electorado escoge el original. El PP regala votos a Vox mientras dilapida la poca dignidad, los pocos principios y la poca vergüenza que le quedaba.

miércoles, 9 de julio de 2025

Los españoles


El PP, con menos cerebro que un mosquito, cae continuamente en las trampas que le teje Vox
El PP, con menos cerebro que un mosquito, cae continuamente en las trampas que le teje Vox
En su congreso, un eufórico Feijóo sostuvo que cuando él gobierne «en España mandarán los españoles». Y tan orgulloso de su absurda perogrullada. ¿O tal vez insinúa que en España gobiernan los norteamericanos? ¿O que catalanes y vascos no son españoles?
Es retórica; sé que Feijóo profundiza en la exclusión y el ultranacionalismo porque abraza el discurso más rancio y divisivo del espectro político. Su retórica de «los españoles» es chovinismo y no política inclusiva.
El PP, bajo su mando, ha dado un giro derechista tan abrupto como peligroso. Sin rubor abraza el neofascismo de Vox en lugar de desmarcarse de la derecha extrema. Opta por unirse a ellos en su cruzada contra todo lo que huela a pluralismo y a diversidad. Y, en su afán por ganar apoyos de la derecha más radical, demuestra no importarle fragmentar el país con tal de avivar su ansia de poder. Se cree un cid dispuesto a enterrar cualquier vestigio de progresismo en nombre del anacrónico «nacionalismo español» que no tiene cabida en una sociedad moderna y diversa.
Al abrazar los postulados de Vox, Feijóo traiciona a la España plural que somos y contribuye a erosionar la convivencia entre territorios, lenguas y culturas. Si este es el futuro que Feijóo promete, debemos esperar una España rota y dividida.

lunes, 7 de julio de 2025

El gen necio XVII

 

Los necios insisten
Los necios insisten

El virus de la desinformación se propaga cual plaga sin escrúpulos, y así el gen necio se expande y multiplica por el mundo.

–¡Las vacunas son un fraude! ¿Cómo voy a confiar en algo que impone el Gobierno? ¡No hay pruebas de que funcionen! Y algún académico asegura que nos implantan un microchip. ¡Nos quieren controlar!
–Las vacunas están respaldadas por décadas de investigación científica y millones de estudios. Los datos demuestran que han salvado millones de vidas. No te las imponen y no son para controlarte.
–¡Eso decís, pero son estadísticas manipuladas! ¿Y si las vacunas en realidad nos hacen más daño? ¡Cada vez escucho más historias de gente que se siente mal después de vacunarse!
–Es importante diferenciar entre efectos secundarios raros y los beneficios generales. Las reacciones graves son extremadamente infrecuentes y, en la mayoría de los casos, mucho menos peligrosas que la enfermedad que previenen. Además, los casos que mencionas no son la norma, son excepciones. No debes dejarte influenciar por las estupideces del populismo derechista disfrazado de ciencia que se va inoculando en la sociedad.
–No, no me convences. No quiero que me metan algo extraño en el cuerpo. ¡El cuerpo tiene su propio sistema inmunológico! ¡Nunca me he vacunado y nunca me he enfermado gravemente!
–Sí, el sistema inmunológico es increíble, pero las vacunas son una manera de adiestrarlo para enfrentar enfermedades graves sin tener que pasar por los riesgos de la propia enfermedad, porque entrenan al cuerpo de forma segura para reconocer y luchar contra los virus sin poner en riesgo nuestra salud. La única meta es salvar vidas. Y la ciencia, y las estadísticas, son claras: las vacunas salvan vidas; son una herramienta para protegernos.
–Eso dicen para hacer caja. ¡Seguro que hay conspiraciones detrás de todo esto!

Lo dicho: el gen necio.

jueves, 3 de julio de 2025

Huelga de jueces conservadores

 

Hasta en las huelgas debemos soportar una Justicia de derechas privilegiada
Hasta en las huelgas debemos soportar una Justicia de derechas privilegiada

He ido a la huelga varias veces en mi vida. Y siempre me han descontado del salario lo que correspondía: el día no trabajado, la parte proporcional de las pagas extras y dejar de cotizar a la SS. Lo asumí porque así funciona cuando uno ejerce un derecho responsablemente. Pero ahora resulta que los jueces conservadores, los mismos que se llenan la boca hablando de legalidad, de orden y de Estado de derecho, se han puesto en huelga y no han comunicado quiénes han secundado el paro. ¿Por qué? Para que no se les descuente nada. Para seguir cobrando, aunque no trabajen. Para hacer trampas. Esto también es corrupción.
Son unos sinvergüenzas. Así, sin paños calientes. No solo por lo que hacen, sino por lo que representan. Son una élite conservadora que se cree por encima del bien y del mal. Que dicta sentencias, que reparte castigos, pero que se niega a rendir cuentas. Que exige sacrificios al pueblo mientras ellos se cubren de privilegios. Este comportamiento no solo es indecente; es profundamente antidemocrático. Porque no hay justicia posible cuando los jueces se comportan como una casta intocable. Y eso es exactamente lo que están haciendo. Y lo que llevan haciendo desde el golpe de Estado franquista que acabó con la democracia e instauró una dictadura.

miércoles, 2 de julio de 2025

Combatir la emergencia climática

 

Da la sensación de que no hay solución
Da la sensación de que no hay solución

Junio ha sido el mes más caluroso jamás registrado, y las evidencias científicas apuntan a que lo peor está aún por llegar. Los veranos en España, además de ser más calurosos, se prolongan 5 semanas más que en los años 80, y así las muertes provocadas por olas de calor se multiplican.
Además de darnos recomendaciones básicas para protegernos —evitar el ejercicio en horas de máximo calor, hidratarnos bien, buscar refugios climáticos…—, ¿haremos algo para evitar este futuro devastador, o ya es tarde?
¿Es que las élites y sus voceros no tienen hijos, sobrinos, nietos? Y aún así, ¿no se conmueven ante el sufrimiento de una infancia que encarará un planeta recalentado, con guerras, sequías, revueltas, hambrunas, recursos agotados e incapaz de sostener cosechas fértiles? Entretanto, Feijóo acusa al Gobierno en el Parlamento de «dogmatismo ambiental». Solo un necio niega sin estar informado.
Si seguimos postergando las decisiones difíciles que podrían protegernos, estaremos cultivando un mañana de ruina. Es hora de actuar con la urgencia que exige la emergencia climática.
Los negacionistas del clima no solo son cerriles: son cómplices de la devastación. La tibieza política frente a la catástrofe ecológica no es neutralidad, es criminalidad por omisión. Quien frena la acción climática, delinque.

domingo, 29 de junio de 2025

El PP y su empecinado desprestigio de España

 

Mentir y mentir para dejar a España por los suelos en el extranjero

Sostiene Feijóo, refiriéndose a Sánchez, que «no puede representar a España quien la desprestigia en un ridículo internacional».
Veamos quién desprestigia en el extranjero. Cada vez que el PP no gobierna, lo hace. Desde Aznar hasta Ayuso, pasando por el mismo Feijóo, no han dudado en socavar la imagen de España en foros europeos e internacionales con tal de derrocar al Gobierno.
Por poner solo unos ejemplos recientes: Feijóo acusa a Sánchez de «ridículo internacional» por su política exterior, de «inseguridad energética» tras un apagón, ha cuestionado la gestión de los fondos europeos y la excepción ibérica y sostiene que España tiene «el presidente menos fiable de Europa». Aznar llegó a pedir una «movilización internacional» contra España. Ayuso afirma que «España está aislada del mundo» y que «es un problema para la OTAN». ¿Eso no es hablar mal del país?
Quien no puede «representar a España» es usted, señor Feijóo, por usarla como rehén de la estrategia partidista en el exterior. Eso no es hacer oposición: es sabotear nuestra reputación. La política exterior debería ser un espacio de país, no un arma electoral. El PP no defiende a España: la desgasta fuera para intentar ganarla dentro. Y eso sí que es hacer un verdadero ridículo.

miércoles, 25 de junio de 2025

El PP: cáncer de la democracia

 

El PP corroe la democracia
El PP corroe la democracia

El PP asume que el poder le pertenece por la gracia de Dios, convencido de que las instituciones del Estado son su coto privado. No importa si gobierna o no: siembra dudas, manipula a la opinión pública y cuestiona la legitimidad de las instituciones que deben servir a todos los ciudadanos. Vayamos por partes. En 1993, varios sondeos privados daban al PP una victoria mínima, pero cuando se cerraron las urnas, los entonces líderes del partido, Arenas y Gallardón, no dudaron en denunciar un supuesto “pucherazo” orquestado por el Gobierno socialista. Fue necesario que el Rey Juan Carlos I telefoneara a Aznar para poner fin a semejante despropósito. En 2004, para intentar retener el poder a toda costa, el PP mintió a sabiendas al atribuir la autoría de los atentados del 11M a ETA. Ahora, Aznar, Feijóo y toda su cúpula hacen declaraciones incendiarias sembrando la sospecha sobre la integridad de nuestro sistema electoral, sin presentar una solo prueba, sabiendo perfectamente que el nuestro es uno de los más transparentes y rigurosos del mundo. El PP no solo desprecia la verdad, sino que manipula a la ciudadanía para alimentar sus propios intereses. Son lo peor de la política, la encarnación del trumpismo.
No es un partido de Estado, es un cáncer de la democracia.

domingo, 22 de junio de 2025

Acabar con la corrupción

 

Los corruptores, como los corruptos, deben pagarlo
Los corruptores, como los corruptos, deben pagarlo

La corrupción devora lo que con tanto esfuerzo construimos. Se alimenta de egoísmo, ambición desmedida y deseo insaciable de lucro; no respeta a nada ni a nadie. Es una fuerza destructiva que transita por los rincones más oscuros de la sociedad. Se introduce en todos los ámbitos, socava los pilares de la confianza y convierte el servicio público, la promesa de bienestar colectivo, en territorio de saqueo de unos pocos.
El daño causado es incalculable. No solo en términos materiales, donde millones de euros se desvanecen en manos corruptas, sino en lo más profundo: lo humano. Es la desolación que deja detrás, es la desesperanza de los ciudadanos que sufren el abandono de sus derechos básicos, es la creciente desigualdad que genera un sistema donde unos pocos se enriquecen mientras la mayoría se ve condenada a luchar por lo mínimo. Hospitales, educación, agua potable, obra pública… todo se convierten en terreno de saqueo. Hasta las empresas públicas de servicios estratégicos, otrora solventes y orgullo de la nación, se enajenan a intereses privados.
Las instituciones se desmoronan desde dentro y pierden su capacidad para proteger a la ciudadanía. Los recursos que deberían ser destinados al bienestar común son desviados por las manos de quienes no tienen otro objetivo que satisfacer sus ansias de dinero, mientras los ciudadanos se ven indefensos ante el despojo sistemático.
Pasó el momento de hablar con palabras tibias. No sirve, no ayuda. Hay que actuar con una contundencia sin precedentes. Es necesario que corruptores y corruptos enfrenten las consecuencias de sus actos, no solo con penas ejemplares, sino con un verdadero proceso de purga que los obligue a devolver lo robado. El daño causado a las instituciones y a la confianza de la ciudadanía debe ser reparado, aunque en muchos casos las cicatrices no sanarán. Pero no podemos rendirnos. No podemos permitir que esta podredumbre siga infectando nuestra democracia.
Penas más severas, multas exorbitantes, fin de los aforamientos y, lo más importante, prohibir que aquellos que han corrompido el sistema puedan volver a tocar el poder. Las empresas que han participado en prácticas corruptas deben ser expulsadas del proceso de licitación pública para siempre y sin contemplaciones.
España no se renovará por sí sola. La ciudadanía debe ser consciente de que la democracia no es un regalo que se recibe, sino una responsabilidad que se defiende. La indiferencia es uno de los grandes enemigos que tenemos como nación. La lucha contra la corrupción no es solo una cuestión política, sino de ética, de dignidad, de supervivencia.
Mientras no exista renovación verdadera, España seguirá enferma porque la indiferencia ciudadana es uno de los grandes males que descompone a la democracia situándola al borde del abismo fascista populista.