Dentro de la judicatura sigue quedando mucho franquismo |
Para derrocar al Gobierno, «hay que ser agentes activos», «el que pueda hacer que haga». Lo dijo Aznar sin ruborizarse al mostrar su genuina esencia golpista. Por eso el juez Peinado está en lo que está con una instrucción, como mínimo, inusual, desacreditando a la UCO y basado en denuncia falsa sobre unos hechos jurídicos que no se sostienen.
La última extravagancia carente de sentido es su nueva providencia para entregar a Vox y Manos Limpias el video de Pedro Sánchez –se acogió al derecho a no declarar– como testigo en La Moncloa porque, según el juez, se pueden sacar «conclusiones de este silencio». En realidad, lo hace para erosionar a sabiendas de que el video se filtrará; filtración que ni perseguirá, ni castigará.
Y, como según él, se pueden «extraer conclusiones de este silencio», también el resto de mortales podemos extraer conclusiones del mutismo del propio juez, enmudecido ante las opiniones de muchos juristas al ver indicios de presunta prevaricación y claro alistamiento al vandalismo político en el papel de salvapatrias togado.
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