La fiscalidad en España es injusta. Debe cambiarse |
El nuevo paquete fiscal establece que las grandes fortunas retornen a la sociedad parte de lo que de ella obtienen. Es un primer paso; pero queda mucho por hacer. España tiene un problema de ingresos, no de gastos. La presión fiscal es del 38,7 % del PIB frente al 46,4 % de la media de la eurozona. Y por eso Europa nos urge a hacer reformas que aumenten los ingresos obteniéndolos de los ricos, sean empresas o particulares. Malas noticias para el PP que tendrá que volver a rectificar.
El mejor garante de la paz social es una justicia fiscal redistributiva de la riqueza. La reforma definitiva debe contemplar la eliminación del IVA –el impuesto más injusto que todos pagamos por igual– salvo en artículos de lujo, un IRPF muy escalonado –cuantos más tramos, más ético– y que ninguna persona física pueda tributar jamás a través del impuesto de sociedades patrimoniales; es decir: las rentas de patrimonio, como las del trabajo.
Con buenos servicios –no con la bandera– se hace patria. ¡A por ello sin dilación!
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