Una familia de refugiados en un campo combaten como pueden el frío. Al fondo, la covid-19 acecha (Montaje con foto cortesía de fotomovimiento.org) |
Quiero condenar con firmeza el chantaje de Marruecos, un Estado autoritario que no duda en exponer la vida de sus ciudadanos que, dicho sea de paso, huyen de la miseria que engendra sus propias políticas y corruptelas.
Nuestra frontera sur es una de las más desiguales del mundo. La renta per cápita española multiplica por nueve la marroquí. Mientras no haya un desarrollo efectivo de los países pobres, ninguna valla o muro podrán poner coto a la desesperanza. Las personas escapan de la pobreza, la guerra o la persecución; y, por eso, la iniquidad de la devolución exprés les niega su derecho a identificarse y exponer sus circunstancias personales ante intérpretes y abogados. Eran vulnerables por la abismal indiferencia de una Europa que olvida que no hace tanto eran sus hijos quienes buscaban un porvenir; y ahora, con la covid-19 viven un infierno que los hace mucho más frágiles.
Lo digo una vez más: son personas que, tal y como haríamos usted o yo, buscarán un porvenir para sus familias.
Nuestra frontera sur es una de las más desiguales del mundo. La renta per cápita española multiplica por nueve la marroquí. Mientras no haya un desarrollo efectivo de los países pobres, ninguna valla o muro podrán poner coto a la desesperanza. Las personas escapan de la pobreza, la guerra o la persecución; y, por eso, la iniquidad de la devolución exprés les niega su derecho a identificarse y exponer sus circunstancias personales ante intérpretes y abogados. Eran vulnerables por la abismal indiferencia de una Europa que olvida que no hace tanto eran sus hijos quienes buscaban un porvenir; y ahora, con la covid-19 viven un infierno que los hace mucho más frágiles.
Lo digo una vez más: son personas que, tal y como haríamos usted o yo, buscarán un porvenir para sus familias.
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