La eutanasia no es obligatoria para nadie, pero sí evitará mucho sufrimiento a quien la quiera |
De nuevo el Partido Popular, por sus prejuicios religiosos en asuntos tangibles que afectan a todos, arrastra los pies y miserablemente manipula al hablar de «suicidio asistido» y «solución final» para «ahorrar costes sanitarios y pensiones», eludiendo que sus políticas de recortes en Sanidad y Dependencia acabaron con más de 840 vidas, o con más de 4.000 enfermos de hepatitis C al no facilitarles fármacos de última generación. Sí, señor. Eso es sensibilidad y un saber ponderar. Y para enmarañar meten los cuidados paliativos, como si una cosa quitara a la otra. Los cuidados son óptimos cuando el enfermo, a pesar de su gravedad, anhela vivir sin dolor físico. ¿Y qué ocurre cuando hay tortura psíquica? ¿Con qué se remedia? ¿Con drogas que aletargan cual zombi? ¿Quién quiere vegetar el resto de sus días? La eutanasia está para que, cuando no hay capacidad de suicidarse por sí mismo –si pudiera se acabó el debate– y no se soporta más el suplico moral, solicite, sin implicar penalmente a quien bien le ama o a un profesional, asistencia para quitarse de en medio.
¡Hipócritas!, entiendan de una vez por todas que a nadie se le obliga a morir ni se le impone acabar con la vida de un ser querido, en uno de los mayores actos de amor, y paradójicamente más desgarradores, que pueden darse. En cualquier caso, una vez aprobada la ley, se servirán de ella como hicieron con el divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual.
¡Hipócritas!, entiendan de una vez por todas que a nadie se le obliga a morir ni se le impone acabar con la vida de un ser querido, en uno de los mayores actos de amor, y paradójicamente más desgarradores, que pueden darse. En cualquier caso, una vez aprobada la ley, se servirán de ella como hicieron con el divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual.
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