Que Israel haya sufrido un bárbaro ataque terrorista no justifica cometer crímenes de guerra |
La Corte Penal Internacional advierte a Israel que «toda vivienda, colegio, hospital, campo de refugiados, iglesia o mezquita es objetivo protegido». Deja claro que cualquier ataque intencionado a instalaciones civiles es un crimen de guerra, salvo que demuestren –y es el atacante quien debe hacerlo– que ha perdido esa condición de protección.
Más de 4.100 menores masacrados en un mes, pero al “civilizado” Israel le da lo mismo porque niega la competencia de este tribunal supranacional… y no pasa nada. Entonces, ¿qué hacer?
Con resolución, creo que acabar con estos comportamientos que dinamitan la paz en el mundo, es bastante sencillo: cuando un país, como Israel, que está cometiendo un genocidio desde hace décadas comparable al de los nazis contra ellos –las víctimas de los campos de exterminio repudiarían su actuar–, se niegue a acatar la legitimidad de cualquier organismo internacional, el resto de países deberían romper sus relaciones –diplomáticas, comerciales…– con ese país. Si un tercer país se niega, también se le aísla.
Seguramente viéndole las orejas al lobo, el mundo sería un lugar mejor.