Momento en el que, en el balcón de Génova, Ayuso comienza a mover el sillón de Feijóo |
Un Feijóo taciturno apareció el domingo por la noche en el balcón de Génova. Allí, cuando intentaba articular un discurso ante los congregados, le interrumpieron con gritos de “¡Ayuso, Ayuso!”. Su rostro se desencajó. Miradas desconcertadas de los que estaban con él en el balcón. Bendodo, nervioso, se rascó la oreja. Ayuso sonrió y se encogió de hombros, el resto aplaudió no sabiendo donde meterse.
Es la imagen del perdedor. Se huele el miedo. Recuerda la advertencia de Ayuso en un mitin: «tienes una única oportunidad de cambiar las cosas…». Sabe que, al no ser así, irá a por él.