El Partido Popular es un manipulador compulsivo |
«No me tiemblan las piernas para llegar a acuerdos con nadie. Y creo que eso es bueno. Ojalá sucediese en más foros. Ojalá cundiese el ejemplo», decía no hace mucho Javier Maroto, actual portavoz del PP en el Senado, para buscar el apoyo de Bildu y remataba con que «han pretendido la paz desde el principio». No una, ni dos, ni tres… sino, al menos, en una decena de ocasiones se acercó el Partido Popular vasco a la fuerza abertzale o sus antecesores –incluso cuando ETA continuaba asesinando–, una coalición política, que nos guste o no, cuenta con absoluta legalidad y garantía constitucional.
Ahora el PP, un partido ventajista al que le gusta engañar falseando la verdad, se rasga las vestiduras. Es lo de siempre: si yo puedo aprovecharme, lo hago; si son los demás, ¡ah, no!, ¡hasta ahí podíamos llegar!
Ahora el PP, un partido ventajista al que le gusta engañar falseando la verdad, se rasga las vestiduras. Es lo de siempre: si yo puedo aprovecharme, lo hago; si son los demás, ¡ah, no!, ¡hasta ahí podíamos llegar!