La desinformación presidencial de Trump ha sido algo insólito e increíble |
Observando lo ocurrido en EE.UU. es evidente que las fake news llenan el mundo de mentiras y distorsiones de la realidad para manipular emociones y son un cáncer para las democracias. Por eso, el organismo para actuar contra la desinformación que ha aprobado el Gobierno en base a las leyes de emergencia que pidió Bruselas, debería tener una precisión exquisitamente quirúrgica que le impida deslizarse a terrenos pantanosos que afecte a la libertad de expresión. Y no es así. Por eso recuerda el intento de 2018 del Partido Popular con Rajoy. Entonces no estuvo bien; y ahora, tampoco. Aunque como proclama nuestra Constitución, debe hacerse todo lo posible para cumplir con el derecho a recibir información veraz, el Procedimiento publicado es confuso. Y, pese a que el Gobierno nos asegura que se va a usar para combatir la manipulación llegada de otros países, hay que imaginar lo que nos depararía el futuro si alcanzara el poder un partido que retuerza el espíritu por el que se creó la norma.