Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, un sádico franquista |
El sonrojo democrático que padecemos en España, sigue pasando su triste factura. A la marcha de los millares de compatriotas de aquellos grises y plomizos años de lucha contra el abyecto golpe de Estado, que se van lentamente sin haber podido narrar sus vivencias ante una Comisión de la Verdad, se suma ahora la muerte del sádico torturador franquista “Billy el Niño”, portando en el pecho cuatro medallas relucientes que enriquecían su pensión. Este esbirro del terror totalitario, que actuó bajo la supervisión del cruel comisario Conesa, se va sin responder ante un tribunal por sus cobardes crímenes. Otra humillación democrática que debemos soportar por haber consentido una pusilánime reforma en lugar de una ruptura con el negro pasado dictatorial que tiñó de barniz democrático la continuidad tiránica en las cúpulas del Estado: policía, ejército, judicatura…
Al menos ahora, a título póstumo, debería retirársele las condecoraciones. De no hacerlo, se estará mancillando a quienes también hayan sido honrados con ellas equiparándolos con semejante malhechor. Más vale tarde que nunca.
Al menos ahora, a título póstumo, debería retirársele las condecoraciones. De no hacerlo, se estará mancillando a quienes también hayan sido honrados con ellas equiparándolos con semejante malhechor. Más vale tarde que nunca.