Si no quieren que la gente opte por el camino del Brexit, tienen que construir una Europa social |
Entre 1945 y 1951 unos avanzados clarividentes soñaron una Europa que se ha perdido. La génesis de la Unión Europea fue el anhelo de acabar con las cruentas guerras entre vecinos. Se concibió como un proyecto común, solidario, unido, fraternal, dialogante y no egoísta, para impulsar la paz mediante el fomento de la libertad, la democracia, la justicia social, el desarrollo económico, los derechos humanos y el bienestar de la población. Contrario a sus principios son el egoísmo nacionalista y el neoliberalismo.
Si se desatiende a la ciudadanía, siguiendo un rumbo chovinista, que nada tiene que ver con el europeísmo, o se persigue un ideal capitalista, soslayando que los países los conforman las personas y no los lobbies ni las empresas, se alimentará el monstruo desalmado del nacionalismo-egoísta, la xenofobia y el fascismo que volverá a blindar fronteras y a traer conflictos entre naciones.
Al Brexit se le responde con más Europa, más políticas sociales, más presupuestos, para caminar hacia un futuro de bienestar y progreso solidario que calle a los euroescépticos y populistas insolidarios. Si la meta no es una Europa social sino insolidaria, la UE desaparecerá.
Si se desatiende a la ciudadanía, siguiendo un rumbo chovinista, que nada tiene que ver con el europeísmo, o se persigue un ideal capitalista, soslayando que los países los conforman las personas y no los lobbies ni las empresas, se alimentará el monstruo desalmado del nacionalismo-egoísta, la xenofobia y el fascismo que volverá a blindar fronteras y a traer conflictos entre naciones.
Al Brexit se le responde con más Europa, más políticas sociales, más presupuestos, para caminar hacia un futuro de bienestar y progreso solidario que calle a los euroescépticos y populistas insolidarios. Si la meta no es una Europa social sino insolidaria, la UE desaparecerá.