Esquerra, para justificar su no al gobierno de progreso a menos que ceda, dice que «quien tiene mucho que perder es Pedro Sánchez». ¿Cómo? ¿Acaso no perderemos más los que anhelamos la justa redistribución de la riqueza, el desarrollo ético y sostenible o la libertad, dignidad e igualdad de la persona, si nos abocan a unas terceras elecciones con el fascismo a galope desbocado? ¿O creen que cuanto peor, mejor? En mi opinión, al anteponer su nacionalismo trasnochado, su mirarse el ombligo, a empleo, regeneración, precariedad laboral, cambio climático, ética animal, eutanasia, feminismo, despoblación, diálogo, justicia fiscal… demuestran ser de derechas solo que aún no se han enterado. La vía unilateral es imposible, mientras no cuente con una amplia mayoría, por injusta, y lo saben. Mediten lo que afirmó su compañero de partido Joan Tardá, sometido a un vendaval de insultos, sobre «la evidencia de que España es un Estado democrático».
Y ya saben, en democracia no hay presos políticos.
Y ya saben, en democracia no hay presos políticos.