La desunión de la izquierda: nueva decepción |
Desolador. La izquierda no aprende… o es de memoria feble. El caso es que no hace tanto que se suicidó como para olvidarlo. Fue en 2015, cuando Izquierda Unida quiso ir en solitario y, al quedar descartada por no alcanzar el 5 % requerido, sus 130 mil votos fueron directamente a la basura, obsequiando la presidencia de la Comunidad de Madrid al PP por un solo voto en la sesión de investidura, 64 a 65. Si esas papeletas hubieran ido a parar a otro partido o coalición de izquierdas, otro gallo habría cantado.
Ahora, con desánimo, los que anhelamos la justa redistribución de la riqueza, el desarrollo ético y sostenible o la libertad, dignidad e igualdad de la persona, vemos cómo de nuevo los políticos ignoran que el votante de izquierdas, cuando lo desconciertan, no es pragmático como el de derechas –que siempre vota, aunque deteste a su candidato–, y se abstiene. Así, la ignorancia política y la desunión se alían para que la decepción, en forma de abstención, regale el poder a la derecha.
Ahora, con desánimo, los que anhelamos la justa redistribución de la riqueza, el desarrollo ético y sostenible o la libertad, dignidad e igualdad de la persona, vemos cómo de nuevo los políticos ignoran que el votante de izquierdas, cuando lo desconciertan, no es pragmático como el de derechas –que siempre vota, aunque deteste a su candidato–, y se abstiene. Así, la ignorancia política y la desunión se alían para que la decepción, en forma de abstención, regale el poder a la derecha.