El abuso de antibióticos un grave problema para la salud |
La ONU alerta sobre el avance de la resistencia a los antibióticos y vaticina que en 2050 morirán por esta causa más personas que por el cáncer e insta a regular su venta, educar a profesionales y pacientes e innovar en el desarrollo de nuevos compuestos. Esta gran amenaza para la salud mundial viene tras décadas de elevado consumo, sobre todo en España, que nos sitúa ante un grave aumento de la resistencia bacteriana. Todos somos responsables: los médicos al recetarlos con cierta alegría, la no prescripción de dosis exactas origina un remanente que se consume discrecionalmente y los pacientes que, al mejorar la sintomatología, suspenden el tratamiento prematuramente aumentando la resistencia de las bacterias supervivientes. La conjunción de estos factores ha desencadenado la tormenta perfecta que ha desembocado en la delicada situación actual. Si esta alerta cae en el olvido, como otras anteriores de la OMS que ya nos advertía de la terrible amenaza, regresaremos a una especie de era pre antibiótica donde cualquier simple infección se tornará en una trágica amenaza para la vida.
¡Ay, Carmena! ¡La que estás liando!
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El pasado 20 de junio se celebró el día mundial del refugiado. Europa, para conmemorarlo, contó con poco más que miles de muertes de inocentes acaecidas durante su intrincado éxodo porque, olvidando sus raíces solidarias, ha sido incapaz de dar respuesta a la grave tragedia humana protagonizada por personas que huyen, al igual que nosotros en el pasado, de horrores bélicos, políticos, económicos… Los movimientos migratorios que se han producido a lo largo de los tiempos, y que ahora presenciamos exponencialmente agravados en la aldea global, son imparables. No hay “efecto llamada” sino “efecto huida de la miseria y del horror de la guerra”. Y sean cuales sean las vergonzantes medidas disuasivas que implanten los gobiernos de cualquier rincón del mundo, no existe, ni existirá, fuerza capaz de detener la tremenda acometida de la desesperación humana: para el que todo está perdido, no hay más que perder.¿Cómo debemos entender el concepto de ciudadanía europea? ¿Qué valores nos sustentan? ¿Nos prohibirán ser hospitalarios? Dos certezas se instalan en mi conciencia para defender a los refugiados: Nadie deja atrás sus raíces, su familia, sus amigos, su país, sus seres queridos, la tierra que le vio nacer, porque sí. Usted que me lee en este preciso momento, y yo, haríamos lo mismo en idénticas circunstancias: buscar lo mejor para nuestras familias.
Parafraseando a Groucho Marx: “Europa, partiendo de la nada, ha alcanzado las más altas cumbres de la miseria intelectual con su único esfuerzo”.
Me niego a aceptar este despropósito. ¡Qué descomunal deshonra para esta decrépita, acomodada e hipócrita Europa!